En la imagen se observan algunos turistas en las playas mexicanas que no pudieron seguir las reglas de aislamiento. (EL UNIVERSAL)
Cumplir con las principales medidas para evitar la propagación del COVID-19 -la sana distancia y el aislamiento voluntario- por lo menos este fin de semana fue difícil en Acapulco.
Decenas de turistas llegaron a las playas, bares y discotecas, y los acapulqueños tampoco se quedaron en casa: salieron a atenderlos, pues la mayoría vive del turismo. Son las 10 de la noche en fin de semana, estamos en el principal corredor turístico de Acapulco, la Costera Miguel Alemán.
Cuatro días atrás, la alcaldesa Adela Román Ocampo decretó el cierre de bares, discotecas y plazas comerciales, como una medida preventiva, pero nadie la acató y la edil se tuvo que retractar.Los turistas del centro del país adelantaron las vacaciones que no son tales, como han insistido las autoridades, y los acapulqueños no cerraron sus negocios.
Por las calles de la costera caminan grupos de visitantes, otros están en las taquerías, que en los últimos años invadieron esta avenida. Algunos locales están cerrados, unos porque sí acataron las medidas que intentó imponer la alcaldesa, pero la mayoría lleva mucho tiempo así. Bajaron las cortinas porque no resistieron las extorsiones, los ataques e, incluso, porque sus dueños fueron asesinados.
No son muchos los turistas, son menos de los que llegó el fin de semana pasado, cuando los hoteles se ocuparon hasta 92%, pero sí llegaron suficientes como para desbordar una taquería.
Los clientes tuvieron que comer en mesas sobre la banqueta porque el local resultó insuficiente. En los restaurantes es distinto, sobra espacio, tres o cuatro mesas están ocupadas.
Este fin de semana, según el reporte de la Secretaría de Turismo local, en Acapulco se ocupó 30 por ciento de las 19 mil habitaciones que tienen disponibles. "Nosotros vinimos porque queremos descansar un poco y vemos que así como está no se corre tanto riesgo, no están amontonados que es lo que están pidiendo", dice un turista sentado frente al mar con una cerveza en la mano. Al final, Acapulco está diseñado para que el turista se divierta, incluso cuando hay pandemias. Veracruz tampoco cierra. A pesar de que autoridades pidieron a la ciudadanía quedarse en casa para evitar la propagación del Covid-19, cientos de personas llegaron a las playas de Villa de Mar, en el Puerto de Veracruz, sin tomar en cuenta las lonas colocadas por el municipio indicando que la playa estaba "cerrada".
OTROS SE DIVIERNTEN EN BALNEARIO
La música regional mexicana suena a todo volumen: sus ritmos con tuba, trompeta y tambora viajan de un lado a otro en el balneario Exhacienda de Temixco. En un pedazo de césped, los Pérez descansan después de un buen chapuzón.
Alistan sus cosas para tomar un baño y regresar a su natal Puebla, de donde salieron para retar al coronavirus. Eligieron la diversión en vez del aislamiento.
No le temen al Covid-19.
Sin temblor en su voz, Armando Pérez Reyes, padre de la familia, comenta que no le tienen miedo a la enfermedad. Con los Pérez conviven otras 10 o 15 familias que decidieron salir de sus casas y disfrutar de las albercas del balneario creado en la exhacienda, que alguna vez alojó a la comunidad japonesa durante la Segunda Guerra Mundial.
En Morelos, los balnearios y parques acuáticos siguen activos, y con afluencia de bañistas.
Hasta la semana pasada los ingresos fueron igual que los del año pasado, dice Mario García Ordoñez, presidente de la Asociación de Parques Acuáticos y Balnearios de Morelos (Apabam).
"Cumplimos con los filtros en los accesos a los balnearios, colocamos los carteles sobre la contingencia sanitaria, las recomendaciones para lavarse las manos y las albercas están cloradas. Con el filtro de la entrada se detecta si alguna persona tiene fiebre alta y hasta ahora no hay ningún reporte sobre casos sospechosos", asegura García Ordoñez.
La relevancia económica de la industria de balnearios está expuesta en el Plan Estatal de Turismo 2012-2018, donde se citó que del grupo de visitantes nacionales que viene a Morelos, 88% proviene de estados cercanos a Morelos, como la Ciudad de México, Guerrero, Estado de México y Puebla.
En el balneario de la Exhacienda de Temixco, y como par te de las recomendaciones del sector Salud, la dirección general colocó dos paramédicos en los accesos. Todos los que llegan reciben gel antibacterial y son sometidos a exámenes de temperatura.
El jueves, la secretaria de Turismo y Cultura en Morelos, Margarita González Saravia, anunció el cierre de las zonas arqueológicas de Xochicalco y El Tepozteco para evitar aglomeraciones por el equinoccio de primavera, pero los balnearios y museos en la entidad permanecen abiertos.
Un eventual cierre de los balnearios en el estado, suponen empresarios adheridos a la Apabam, sería un duro golpe a esa industria, porque apenas se levantaban de los daños que provocó el sismo de 2017 en 14 instalaciones.
