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Porfirio Díaz Jr., su empresa del agua en Torreón (IV)

Yo río libre

JULIO CÉSAR RAMÍREZ

La joven sociedad lagunera desconocía el fraude mayor que realizaba la Compañía Mexicana Abastecedora de Aguas y Saneamiento de Torreón S.A. entre los años 1906 y 1910. Pero el Ayuntamiento de Torreón, en un acto de dignidad descubrió la cuantía y se rebeló, a punto del estallido revolucionario que estremeció al país entero.

Las obras de aguas y alcantarillado tenían un precio real calculado en 500 mil pesos. La Compañía pretendía cobrar por ellas un millón 500 mil más intereses. En total, quería 5 millones 100 mil pesos. Además, operaba con una pérdida de 7 mil 237 pesos con 75 centavos al mes. Era, pues, incosteable.

"No es posible llevar adelante el contrato a que se refiere el decreto Núm. 1088 del Congreso del Estado, por no permitirlo las condiciones de la hacienda municipal. Suplíquese al C. Gobernador del Estado se sirva dar los pasos necesarios para invalidarlo", acordó el Ayuntamiento de Torreón el 28 de agosto de 1910.

Sobresale el candado de silencio que se quiso imponer para resguardar otros secretos de la empresa, entre ellos la identidad de los accionistas. Mas los nombres se propagaron como un reguero de pólvora.

El trasfondo. Al frente de la Compañía Mexicana, el accionista mayoritario era Deodato Lucas Porfirio Díaz Ortega, mejor conocido como Porfirito o Porfirio Díaz Jr, de 37 años de edad, originario de Tlacotálpam, Veracruz, hijo del primer matrimonio del guerrillero que devino dictador Porfirio Díaz. En seguida aparecía el prominente empresario Fernando Pimentel y Fagoaga, reconocido como uno de los "jefes de las finanzas mexicanas", ministro de Fomento del gabinete de Díaz.

Las prerrogativas de las que disfrutó y el silencio que cubría a la Compañía Mexicana Abastecedora de Aguas y Saneamiento de Torreón S.A., pudieron explicarse por los personajes detrás de su historia.

Porfirio Díaz Jr., hijo del presidente de la República, figuraba igual en el consejo directivo de la Compañía Nacional Mexicana de Dinamita y Explosivos, con fábrica en el Bolsón de Mapimí. Aparecía junto a Julio Limantour, hermano del ministro de Hacienda José Yves Limantour; también a un lado de Enrique C. Creel, ministro de Relaciones Exteriores, y Roberto Núñez, viceministro de Hacienda. Sobresalía además en la junta directiva de la Compañía Manufacturera El Buen Tono, la mayor fabricante de cigarros de México, al lado de otros prominentes hombres del gobierno como Pablo Macedo, presidente del Congreso, Manuel González Cosío, ministro de Guerra, y el mismo vicepresidente de Hacienda Roberto Núñez.

Si las ganancias del monopolio iban a ser producto de una excedida concesión estatal, justo era que los beneficiarios la compartieran con personalidades del gobierno, comenta Stephen H. Haber, historiador.

La figura de sociedad anónima le permitía a Díaz Jr. aparecer como accionista de la Compañía de la Colonia Condesa S.A. dedicada a la construcción y venta de casas, al lado de Pedro Lascuráin y Edward Orrin. O en el cargo de comisario de la Compañía Eléctrica e Irrigadora en el Estado de México, junto a Gabriel Mancera, Tomás Braniff, Alfonso Michel, Graciano Guichard, Francisco Espinosa, José Sánchez Ramos y Antonio Pacheco, prominentes de la cúpula "Científica" que operaba la mayor obra pública del porfiriato: los trabajos de desagüe del Valle de México, con descarga al Valle del Mezquital, en la región suroriental del estado de Hidalgo. La empresa eléctrica se construyó en 1887.

Entre 1906 y 1910, Porfirio Díaz Jr. emprendió como accionista de la Compañía Las Filipinas un furioso pleito legal por tierras y el negocio del guayule en contra de la Compañía Ganadera La Merced, que dirigía Francisco I. Madero en el distrito de Parras, Coahuila.

Acostumbrado a nadar entre apretones de manos, triangulaciones, firmas, sellos, nombres, fechas, litigios, favores, Díaz Jr. actuaba en 1909 con Eduardo Hartmann como representante de la Compañía Maderera de la Sierra de Durango S.A. Y en una escritura de 1919 aparece ya como presidente de esa compañía, completando el consejo de administración con Ángel López Negrete y Jesús Salcido y Avilés.

Hartmann, a su vez, asumía el cargo de representante de Porfirio Díaz y Fernando Pimentel en la Compañía Mexicana Abastecedora de Aguas y Saneamiento de Torreón S.A., al lado de Alberto Polo del Valle y Jacinto Pimentel en la Gerencia. Negocios al amparo del poder. Y el pueblo mexicano ya no aguantaba más.

(Continuará)

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