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Feminicidas

Diálogo

YAMIL DARWICH

Está estadísticamente demostrado que la agresividad hacia la mujer se ha incrementado en los últimos lustros; los porqués han sido definidos genéricamente, sin embargo, de fondo, no se mencionan sus orígenes oscuros que debemos combatir haciéndole justicia al humanismo.

El Código Penal de Coahuila redefinió al feminicidio, con la reforma a su artículo 188, publicada en septiembre del 2019, con objeto de incrementar la penalidad del delito con prisión de 40 a 60 años y multa "al que prive de la vida a una mujer por razón de género".

El Inegi, en su comunicado de prensa 592/19, del 21 de noviembre de 2019, informa de estadísticas preocupantes: "de los 46.5 millones de mujeres de 15 años y más que hay en el país, 66.1% (30.7 millones) ha enfrentado violencia de cualquier tipo y de cualquier agresor, alguna vez en su vida".

"El 43.9 % ha enfrentado agresiones del esposo o pareja actual o la última a lo largo de su relación y está más acentuado entre las mujeres que se casaron o unieron antes de los 18 años (48 %), que entre quienes lo hicieron a los 25 o más años (37.7 %)".

"En 2018 se registraron 3,752 defunciones por homicidio de mujeres, el más alto registrado en los últimos 29 años (1990-2018), lo que en promedio significa que fallecieron 10 mujeres diariamente por agresiones intencionales". Aún es más preocupante que, durante el 2019, se incrementaron en un 18 %.

En La Laguna, una de cada tres mujeres ha sido violentada de alguna manera.

Para dimensionar la efectividad de nuestras instituciones públicas que debieran ofrecernos seguridad, Animal Político, el 12 de febrero, denunció que las fiscalías del país indagan como feminicidio solo 1 de cada 5 asesinatos de mujeres.

El brutal asesinato de Ingrid Escamilla generó nuevos bríos del interés social por combatir al feminicidio, algo que debiera ser innecesario y que requiere de especial educación, desde antes del nacimiento, en la familia y luego en la escuela.

Desafortunadamente, las protestas sobradamente justas se ven ensombrecidas con la irracional "violencia contra la violencia" y la presencia de encapuchadas (os) que manifiestan propósito de generar anarquía.

Al momento de escribir la entrega, me sorprendí por el irracional asesinato de Fátima Cecilia Aldrighetti Antón, de tan solo siete años, sumándola a Camila, de Chalco, Valeria, de Neza, Karla en Saltillo, Kimberly, de Cancún, y la bebé de Lerdo. Duele más por tratarse de niñas, temiendo nuevos casos.

Aparece como factor predisponente el machismo, sin ser privativo de latinoamericanos, deseducador desde la infancia con actitudes y acciones contra la mujer; someterlas a labores manuales y del hogar; hasta desprecio en su desempeño profesional. Celebremos los espacios, cada vez más amplios, que ellas están ganando en todos los sectores laborales.

El feminicida presenta particularidades patológicas severas, con antecedentes familiares en que vivió maltrato; madre agredida físicamente; disfunción con violencia entre los padres; y ocasionalmente mamá casada en segundas nupcias con padrastro agresivo.

En lo personal, presentan obsesividad, tienen pensamientos positivos, son definidos socialmente como aceptables y pueden manifestarse como padres aparentemente responsables y hasta cariñosos; ellos cometen agresión en momentos de pérdida de control emocional en situaciones extremas, cometiendo el ilícito, luego arrepintiéndose.

Al cortejar a la que termina siendo víctima, le manifiestan sobrado interés; se aplican, hasta obsesivamente, para cumplir los deseos de la elegida, acosándola por teléfono y sorprendiéndola al presentarse abruptamente en su trabajo o donde se encuentre, siempre con excusas de aparente sobreinterés por ella.

Pretende exagerada atención de la enamorada, hasta llegar a chantajearla emocionalmente por no querer salir con él o preferir estar con amigas; pronto empieza a sugerir y hasta criticar usos, costumbres y vestuario y, al sentirse relativamente seguro en tal relación enfermiza, puede mostrar pérdida de control de sus emociones: gritando, agrediendo verbalmente y físicamente y/o buscando crear culpa a la elegida.

Cuando siente que puede perder la relación: pide perdón efusivamente.

Pueden presentarse premoniciones de la mayor agresión con pellizcos, jalones de pelo o estrujamientos leves; luego, el avance del ciclo patológico, con intensificación en la injuria verbal y física, hasta llegar a los extremos de provocarle muerte, con o sin tortura.

El desequilibrio de la estructura mental/emocional puede incluir la falla en la autoestima, narcisismo, misoginia y ellos pueden aparentar tener control emocional por períodos variados, aunque finalmente cometen graves ilícitos.

Es evidente que el desorden emocional que favorece al feminicidio tiene componentes sociales: insatisfacción en el trabajo, hasta desempleo; inadaptación en el medio en que se desenvuelve, haciéndole ensimismado e introvertido; sentimientos de frustración por falta de logros materiales que ofrecen las formas de vida a que somos sometidos en la posmodernidad con promoción del consumismo y el individualismo. Incluya la "venta" de imágenes de alta realización de la vida, relacionándolas al éxito económico.

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