Encabezados por la Premio Nobel de la Paz, Jody Williams, un grupo de activistas integrantes de 'La campaña para Detener a los Robots Asesinos' pidieron en Buenos Aires la prohibición a nivel global de este tipo de armas cibernéticas. (ARCHIVO)
Encabezados por la Premio Nobel de la Paz, Jody Williams, un grupo de activistas integrantes de "La campaña para Detener a los Robots Asesinos" pidieron en Buenos Aires la prohibición a nivel global de este tipo de armas cibernéticas.
Por "robots asesinos" se entienden las armas programadas con algoritmos que le permiten detectar los objetivos prefijados de manera automática, a diferencia de los drones, que necesitan un humano que los pilote y que accione los mecanismos de ataque.
Jody Williams se mostró optimista con los progresos que se podrían alcanzar en los dos días que los miembros de la campaña pasarán en Buenos Aires, y llamó, en declaraciones a Efe, a crear una zona libre de robots asesinos en Centroamérica y Suramérica, ya que países como México, Brasil, Costa Rica y Argentina se mostraron ya en contra del uso de este armamento.
DUDAS SOBRE SU FIABILIDAD TECNOLÓGICA
Aparte del problema moral que para ella supone que un robot pueda decidir matar a alguien sin que una persona medie en la decisión, la exingeniera de Google y miembro de la campaña, Laura Nolan, aseguró que existen muchas dudas sobre la posibilidad de diseñar robots con capacidad suficiente para cumplir con las leyes humanitarias internacionales.
Para cumplir con esta legislación, Nolan destacó que es necesario realizar multitud de juicios de una complejidad que solo puede llevar a cabo una persona, ya que no existe un software capaz de realizar "decisiones abstractas" basadas en el contexto.
Asimismo, la experta puso como ejemplo las dificultades que existen para desarrollar la conducción autónoma, un proceso basado en ir desde un punto A hacia un punto B respetando una serie de señales y esquivando una serie de obstáculos y en el que las compañías llevan invertidos millones en los últimos prototipos.
Los robots no solo tendrían que hacer este proceso, explicó Nolan, sino que además deberían saber adaptarse a los distintos climas donde operen y saber tomar decisiones que les permitieran, por ejemplo, distinguir a un objetivo de un civil.
"En un lugar, un convoy podría ser equivalente a combatientes, pero en otro, un grupo de vehículos con gente puede que esté participando de un rito funerario", resumió la experta.
La ingeniera advirtió del "peligro real" de que países que no les interesan realmente estos problemas comiencen a utilizar estas armas.
Aunque destacó que la mayoría de estos proyectos militares son secretos, la exempleada de Google puso como ejemplo de desarrollo avanzado un dron turco que puede llevar 1.5 kilogramos de explosivo y que tiene incorporado un dispositivo de reconocimiento facial para identificar su objetivo.
UNA FORMA DE "ABARATAR" LA GUERRA
Para Jody Williams, la aparición de los robots asesinos serviría además para "abaratar" los costes políticos de la guerra para los dirigentes, ya que no tendrían que sufrir "la presión de familias porque sus hijos están muertos en la guerra".
La premio Nobel subrayó que los partidarios de este armamento hablan de "guerras más limpias", pero cree que esto sólo será así en el caso de países líderes en la industria bélica como Estados Unidos, Rusia y China, mientras que en el resto de territorios serán blancos de unas máquinas que "matarán civiles".
Williams, que ganó el premio Nobel por su trabajo en la campaña antiminas y bombas de racimo, calificó la aparición de este tipo de armamento como "una tercera revolución armamentística" y llamó a todos los presentes a actuar en sus países para que se declaren "libres de robots asesinos".
