El origen de este platillo es europeo, pues países como España y Francia llegaron a consumirlo, llegando a México durante la Conquista. (FERNANDO COMPEÁN)
Con la llegada de la Cuaresma y la próxima Semana Santa, inicia también el deleite para aquellos que gustan de los platillos tradicionales de esta temporada, entre los cuales destaca la capirotada.
Se trata de un postre muy popular hecho con miel de piloncillo con agua o leche, almendras, cacahuates o pasas, y a veces queso.
Parte de su base es un pan cuya masa interior debe ser densa, que esté bien oreado por lo menos un día, llegando incluso a tostarse ligeramente en algunas regiones.
ORÍGENES
De acuerdo con el Conservatorio de la Cultura Gastronómica Mexicana, el origen de este platillo es europeo, pues países como España y Francia llegaron a consumirlo, llegando a México durante la Conquista.
Además, aunque tradicionalmente se conoce a la capirotada como un postre, su arribo a tierras aztecas fue como una sopa elaborada a base de pan, cuya preparación incluía caldos y carnes de animales de crianza y condimentos, permaneciendo así hasta 1888.
NOMBRE E HISTORIA
El nombre de la capirotada, cabe señalar, hace referencia al empalme de ingredientes utilizados.
Su establecimiento como el postre más parecido al que se conoce actualmente, se dio a partir del siglo XIX, cuando se le incorporaron piloncillo, azúcar, coco, nuez, pasas, queso y el pan bañado en leche.