La Comisión Nacional de los Derechos Humanos (CNDH) emitió medidas cautelares para que el Gobierno federal proteja a mujeres que han denunciado públicamente haber sido víctimas cuando eran menores de edad de integrantes de los Legionarios de Cristo.
La CNDH solicitó a la Secretaría de Seguridad y Protección Ciudadana (SSPC) brindar protección a las mujeres que habrían sido víctimas de ataques sexuales por parte de la congregación religiosa en una escuela de Quintana Roo.
"Ello en razón de que manifestaron temor ante las eventuales represalias que pudieran recibir ellas y sus familias por el hecho de levantar la voz en nombre propio y de las niñas, niños y adolescentes víctimas de violencia sexual", informó la comisión nacional en un comunicado.
El organismo nacional también indicó que en días anteriores se puso en contacto con la Subsecretaría de Desarrollo Democrático, Participación Social y Asuntos Religiosos de la Secretaría de Gobernación (Segob) para que trabaje en la prevención y atención de casos de violencia sexual contra niñas, niños y adolescentes.
De igual forma se contactó a la Secretaría de Educación Pública (SEP) para que, junto con la Segob y sus símiles estatales, diseñen estrategias con el objetivo de que todas las escuelas públicas y privadas del país adopten medidas para prevenir la violencia sexual y haya mecanismos oportunos de denuncia. También participaría el Sistema Nacional de Protección de Niñas, Niños y Adolescentes.
En diciembre pasado los Legionarios de Cristo hicieron público un informe en el que reconocieron que 175 menores de edad fueron víctimas de agresiones sexuales por parte de 33 sacerdotes, entre los que destaca el fundador de la congregación, Marcial Maciel.
Según el documento difundido, el líder religioso agredió a 60 menores de edad desde que se instauró la organización en 1941. Desde 2010 la Iglesia católica ya lo había señalado por sus comportamientos "gravísimos y objetivamente inmorales".
Los menores de edad que fueron atacados por religiosos tenían entre 11 y 16 años, además de que los sacerdotes llegaron a agredir a dos o más menores mientras servían a la Iglesia católica.
