Diego Garmendia tuvo un buen desempeño ante 'Luchador'.
Diego Garmendia y el rejoneador Leal Sebastián fueron los triunfadores de la novillada realizada ayer en la plaza de toros "Alberto Balderas" de Ciudad Lerdo, donde cada uno cortó una oreja ante una floja entrada en los tendidos, para observar al futuro del toreo mexicano.
Se lidiaron cuatro novillos de la ganadería La Concha, fundada en 1979, de divisa en colores verde, morado y blanco, propiedad de don Francisco Orrante y enclavada en el estado de Durango: ejemplares de regular presencia, tímida bravura y juego desigual. La empresa organizadora otorgó un capote de paseo, realizado de manera artesanal, a Diego Garmendia, en reconocimiento a su triunfo y su calidad.
Abreplaza "Buena Ley", herrado con el número 54, de 370 kilogramos de peso, cárdeno, bocinero, paliabierto, para Leal Sebastián a bordo de un tordillo con el que colocó los primeros dos rejones, fallo en el primero ante un astado distraído. Cambió a un caballo albino con el que mostró sus cualidades el joven regiomontano, aunque arriesgó de más y el equino salió golpeado, obligando al cambio para seguir colocando banderillas en todo lo alto, hundiendo luego el rejón de muerte, un tanto caído, pero suficiente para que el novillo buscara tablas y tras unos pasos, doblara, recibiendo el rejoneador una oreja en recompensa.
Siguió en suerte "Buen Recuerdo", número 55, con 330 kilos, negro bragado, paliabierto, para el capitalino Manolo Serna, vestido en oro y azul cielo, recibió con faroles de rodillas y mostró deseos durante su faena con el capote. Tras breve actuación del picador y unas infructuosas banderillas, prosiguió a tomar la muleta y nuevamente mostró muchos deseos de aprovechar la oportunidad, toreando en los medios a un novillo reacio por el lado izquierdo, tras unos pases desarrolló sentido y pegó par de golpes al joven espada, quien tras tres pinchazos y cuatro descabellos, logró su cometido al escuchar un aviso, retirándose ante discretas palmas.
De la puerta de toriles salió "Luchador", marcado con el 62, registrado con 335 kilogramos, negro zaino, corniapretado, para el hidrocálido Diego Garmendia, vestido de oro y azul cielo, inició con faroles de rodillas, elegante con capote ante un novillo distraído y débil, por lo que el joven tejió una faena con muleta, en corto y sin forzar al astado, lo que resultó en una valiosa experiencia para el novillero y en buenos episodios para los aficionados. Colocó Garmendia media estocada y el astado dobló, señalando el juez de plaza que una oreja se otorgaría al nacido en Aguascalientes.
Cerró el festejo "Buen amigo", herrado con el número 18, de 340 kilogramos de peso, negro bragado, nevado de los cuartos traseros, paliabierto, para Luis Farfán, debutando como novillero, vistió de azul marino y oro, lució con el capote aunque se llevó un golpe en la espalda. Con la muleta, el muchacho estuvo atrevido, voluntarioso y buscando siempre la cara del novillo, discreto en su bravura, otorgó algunos pasajes para guardar, la "suerte suprema" fue infructuosa para el joven espada, quien batalló demasiado y finalmente logró colocar una estocada desprendida para terminar con la vida del animal, escuchando palmas el agradecido debutante.
