Columnas Social

LA COLUMNA DEL PERRO

EL SEXTO PISO

M.V.Z. MIGUEL DÁVILA DÁVILA

Hoy te digo señor, gracias por haberme permitido llegar al sexto piso de mi vida, no quiero más nada, lo tengo todo, te tengo a ti.

Ahora sé que en el trayecto de mi vida, nunca me negaste nada, y las veces que me sentí solo, desposeído o mal pagado, ha sido porque así debería de ser o porque hay que saber esperar el justo momento… pues entendí y no necesariamente por la buena que "tus tiempos son perfectos".

A veces me he sentido peleando solo contra el mundo, pero he aprendido que "más vale solo que mal acompañado" de personas, a las que todo se les hace imposible.

Mis mejores maestros han sido mis fracasos y no, no tengo mal carácter, tengo una rápida reacción a las injusticias y al maltrato sin razón para todo ser vivo, y desde que me diste el gran regalo de ser padre, te prometí que iba a hacer de mi vida una cruzada contra todo lo que represente una injusticia, promesa que no he dejado de cumplir, aunque muchas veces he estado en desventaja, pues hoy existe para algunas personas, otros dioses que son el dinero y el poder, y es temerario enfrentarlos.

Sé que cada mañana me das el gran regalo de un día más.

Hoy valoro a quien me valora, y desdeño a quien me trata como opción.

Dame fuerza para seguir intentándolo todos los días, sobre todo cuando a veces siento que ya no puedo más.

Y ahora señor, sin verte te siento y sé que nunca he estado solo.

Los golpes me han hecho precavido, al grado de que ahora ya no tengo prisa y voy paso a paso procurando no hacer enemigos, porque estos, si los tengo, será porque ellos me habrán escogido a mí, pues yo en eso no gasto mi tiempo, eso si mis amigos los escojo yo.

Agradezco infinitamente el tesoro más grande que depositaste en mí, y que son mis hijos Mickey, Gordo y Pamelita, y a mi compañera de esta aventura que es mi vida, a Lupe, a quien dotaste de una nobleza tal, que me ha aguantado el trote y contra todo pronóstico se casó conmigo y con mi forma de ser.

Gracias… por mi profesión, por la cual siento pasión, y me ha permitido ganarme el pan dignamente para sostener a mi familia.

Gracias… a mis papás, mis hermanos, mis suegros, cuñados y a todos quien para bien o para mal han moldeado mi vida.

Gracias… a Cruz (mi socio y fiel amigo), que siempre ha estado con nosotros.

Gracias… a todas las personas y seres vivos que me han demostrado su aprecio a pesar de a veces tener todas las razones para no hacerlo.

La mejor terapia para mí ha sido la risa, y la ironía el descargo de mi dolor.

No me quiero morir todavía, pero sé que la muerte nos persigue desde que nacemos, y el día que tú dispongas (mi Dios) sabré que me iré con la satisfacción de haber hecho algo por mí comunidad, como la carrera de medicina veterinaria y algunas asociaciones que me digno pertenecer, de las cuales no recibo dinero, pero si enormes satisfacciones.

A las personas que todavía no conozco, pero habré de hacerlo, procuraré dejarles algo, aunque sea un poco de mí, pero como bien dijo Churchill "ya no tengo nada más que ofrecerles más que sangre sudor y lágrimas".

Nunca pero nunca Señor, eso si te ruego, me dejes caer en el mayor de los pecados, que como me lo explicó mi tía "Cata" es el pecado de omisión es decir... cuando pueda hacer algo por alguien, y no lo haga, con el pretexto de "no puedo", "yo que sé de eso", o porque "cuesta dinero", o por "no perder tiempo", o por "indolencia", "indiferencia", o "miedo".

Gracias señor por todo.

Y ahora para terminar una gota de filosofía: Lo malo es malo, incluso si todo el mundo lo esta haciendo. Lo correcto es lo correcto, incluso cuando nadie lo está haciendo.

Leer más de Columnas Social

Escrito en: La columna del perro

Noticias relacionadas

Siglo Plus

+ Más leídas de Columnas Social

TE PUEDE INTERESAR

LECTURAS ANTERIORES

Fotografías más vistas

Videos más vistos semana

Clasificados

ID: 1669084

YouTube Facebook Twitter Instagram TikTok

elsiglo.mx