Productores consideran necesaria una mayor participación de instituciones de seguridad en la prevención y combate de este delito. (EL SIGLO DE TORREÓN)
La tala clandestina es un problema real en Durango, sin embargo nadie se atreve a denunciar por temor, ya que dicha práctica es realizada por la delincuencia organizada.
Así lo señaló Raúl Barraza Armstrong, presidente de la Confederación de Silvicultores en Durango, quien consideró necesaria una mayor participación de las instituciones de seguridad en la prevención y combate de este delito.
"Lo digo sin ninguna pena. Lo digo con temor. Nadie nos atrevemos a denunciar o a señalar a los responsables porque sabemos que es gente que se dedica a actividades ilícitas", comentó.
Dijo que después de la reunión de la Estrategia de Incendios Forestales 2020, que se llevó a cabo ayer por la mañana, se realizará un encuentro entre productores y propietarios para tratar temas de interés común.
En este se pretende abordar la necesidad de encontrar esquemas que permitan combatir asuntos como la tala clandestina, que pudiera ser considerada como un problema de seguridad nacional.
Con este tipo de casos pudiera intervenir la Guardia Nacional para ayudar a abatir, si no al 100 por ciento, sí ayudar a disminuir el aprovechamiento ilegal de los bosques.
Barraza Armstrong calculó que de dos años a la fecha se incrementó la incidencia en la tala clandestina, aunque hasta el momento el daño no es cuantificable, pero es muy real.
Esto también tiene que ver con el hecho de que nadie se atreve a hacer señalamientos directos en contra de quienes incurren en dicho ilícito.
El problema afecta a municipios como Pueblo Nuevo, Durango, San Dimas, Santiago Papasquiaro y Guanaceví.
En este último caso, declaró que el aprovechamiento ilegal ya tiene muchos años presente.