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Primera celebración en el Estadio Corona

Aficionados disfrutan el triunfo de Santos

Los aficionados santistas disfrutaron de un atractivo duelo en el Corona, y se fueron felices tras la victoria de sus Guerreros. (ERNESTO RAMÍREZ)

Los aficionados santistas disfrutaron de un atractivo duelo en el Corona, y se fueron felices tras la victoria de sus Guerreros. (ERNESTO RAMÍREZ)

AARÓN ARGUIJO GAMIOCHIPI

Primer juego del año 2020 en la casa de los Guerreros y los aficionados locales dejaron claro que extrañaban a su equipo, acudiendo en gran número al Estadio Corona.

Verde y más verde, fue el color en el camino al estadio y en su explanada, con la coincidencia en los uniformes de ambas escuadras, aunque realmente pocas camisetas visitantes se presentaron en el TSM.

El día de campo sobre el asfalto del estacionamiento volvió a aparecer, encendiendo el carbón y destapando las bebidas, otro ritual de las familias y los amigos laguneros que aprovechan para improvisar la reunión y aderezarla con los puntos de vista previos al partido.

Llegó el momento de ingresar al estadio y estrenar los pocos accesos nuevos, encontrar el lugar "de siempre" y sentarse para apoyar a sus Guerreros, heridos tras una primera jornada en la que cayeron como visitantes, con la encomienda de sumar ante su gente y en casa, donde desde que llegó Guillermo Almada al banquillo Albiverde, los Guerreros no pierden.

Se presentó en el césped del Corona el nuevo padrino del equipo para el Clausura 2020, recibiendo una cálida bienvenida por parte de los espectadores y deseándole que la suerte le acompañe y sea "amuleto" para el equipo.

Silbatazo inicial y el inicio del andar de los Guerreros en su casa, pero apenas diez minutos duró el júbilo, pues el León rugió y mordió primero, con una jugada bien tejida que finalizó Meneses de gran manera, gol con el que La Fiera manejó la ventaja durante el resto del primer tiempo, el cual finalizó con abucheos de un sector de la afición, que no le gustaba lo visto de sus Albiverdes hasta ese momento.

Pero en el segundo lapso, pronto dieron los Guerreros un motivo para sonreír, apenas transcurrido un minuto se marcó un penalti favorable al equipo de casa y Brian Lozano lo canjeó por gol, dejando toda su furia en el festejo y haciendo explotar los fuegos artificiales por primera vez en la noche. El vendaval de emociones estaba guardado precisamente para esa parte complementaria, llegando otra anotación para los de casa, nuevamente por la vía del penalti, concedido vía VAR y marcado de manera excelente por Diego Valdés, dando la voltereta al marcador.

Nuevamente se hizo presente el VAR tras un golazo de Ulises Rivas, anulado por presunto fuera de lugar, cuando "Uli" ya había cruzado el campo a pleno galope en emotivo festejo y explotaron los fuegos artificiales en el cielo lagunero, pero no hubo qué festejar, ante el señalamiento del nazareno. El concierto del VAR no terminó ahí, pues concedió otro penalti, ahora a favor de la visita, luego de "cachar" a Dória abrazando a un rival, fue Ángel Mena el encargado de decretar el empate en el tanteador y ocasionar los abucheos de los presentes en la grada, salvo la esquina de la minoritaria porra visitante.

Otro gol de Dória… pero ¿qué creen, amables lectores? Otra vez el arbitraje salió a relucir, anulando la anotación por una presunta falta y nuevamente se encendieron los fuegos artificiales, para nada, ahí sí se dejó ver la furia de los aficionados para el silbante. Ya en la recta final del partido, combinación extranjera y Octavio Rivero cinceló su buen momento con un certero remate de cabeza, festejo, fuegos artificiales y grito de júbilo, pero solamente por una parte de los presentes, otros decidieron observar al árbitro, no se le fuera a ocurrir anular otra vez y aunque amagó con ir al monitor, finalmente señaló al centro del campo, el gol era válido y aunque solamente quedaba un cohete, valía la pena usarlo al ver el triunfo ya cercano.

Transcurrieron los minutos finales con un León tirado hacia el frente, intentando el empate por todas las vías posibles, pero la zaga santista cumplió defendiendo su marco y Jonathan Orozco salvó la noche con una atajada cuando lo fusilaron, respondiendo el capitán para mantener la ventaja de su equipo, que instantes después se transformó en victoria. No fue una noche tranquila, fue de mucho uso de la tecnología y de festejos y abucheos guardados hasta que pasaran la repetición, ese es el futbol de nuestros días.

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