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ANÉCDOTAS

EL REVITALIZADOR DE CARTILAGOS

HIGINIO ESPARZA RAMÍREZ

Dueño de un tacto ultra sensible que le permite localizar y pinchar la vena casi invisible que se pierde en los brazos y dorso de la mano de las personas longevas, el especialista en rehabilitación física y neuro desarrollo se afana en buscar alivio a la rodilla dañada por el desgaste de los cartílagos que distribuyen cargas y disminuyen rozamientos con los huesos en los tres compartimientos de las articulaciones de uno de los miembros del cuerpo humano de mayor movimiento en la actividad diaria, junto con la cadera.

Con esas excursiones intravenosas obtiene -del mismo paciente- dosis de sangre que trata con un movimiento centrifugo para separar las plaquetas y combinarlas con un medicamento que protege y rescata tejidos cartilaginosos deteriorados por la edad, la obesidad y los deportes de alto impacto como son el futbol y el baloncesto.

El tratamiento con inyecciones intra articulares disminuye el dolor, pero no al 100%, aclara de entrada el experto a los pacientes que padecen gonartrotis, la artritis de la rodilla que supone la pérdida de cartílago en cualquiera de los tres compartimientos de las articulaciones que unen fémur, tibia y rótula, un deterioro físico que se manifiesta a partir de los 40 años y se agudiza con la edad si antes no se recurre a la introducción de sustancias en el interior de las cavidades, y enseguida a una medicación adecuada y una buena fisioterapia revitalizadora de cartílagos y partes blandas que quedan en la región anatómica afectada.

Se trata de un triple encaje de huesos: dos protuberancias que corresponden al fémur y tibia y enseguida la rótula: el envejecimiento altera sus funciones, generando la artrosis, o sea la destrucción progresiva del cartílago, un padecimiento doloroso que impide incluso atarse un zapato, entrar al baño o subirse al autobús.

Desde un principio el especialista aclara que no maneja placebos, sólo tratamientos que estabilizan el dolor como son masajes para suavizar las contracturas, la aplicación periódica de la electroterapia y el ultra sonido, indicados científicamente para alcanzar la rehabilitación que permita caminar sin dolores extremos y el rescate de los tejidos ajados.

El cartílago es un tejido blanquecino, sólido, resistente y elástico que protege los huesos de las articulaciones de las fuerzas asociadas con la carga y el impacto y permite el movimiento óseo casi sin fricciones. La regeneración con plasma rico en plaquetas o la aplicación de células madre donde ya casi no hay cartílago, representan dos grandes grupos de terapia que ayudan a la regeneración de la rodilla.

En la Laguna, el doctor Sergio Zamora Pérez, graduado en rehabilitación física y neuro desarrollo, ejerce esta práctica regenerativa de cartílagos; lo hace con eficacia y aplomo, plomo le quita a los pies y piernas y dolor a las rodillas. Son tres sesiones de terapia vacunal y diez de vigilancia y rehabilitación de las rodillas con masajes y aplicaciones de electroterapia a cargo de un grupo de terapistas profesionales encabezados por la diligente Dulce Valverde, licenciada en fisioterapia y brazo derecho y también izquierdo del médico que dirige un centro de rehabilitación al sur de Gómez Palacio. Dulce es enérgica y no perdona que sus pacientes hagan ejercicio en su casa y caminatas de treinta minutos para aliviar los dolores de columna, cintura, piernas y espíritu.

Son tres semanas de tratamiento con cuatro piquetes en una y otra rodilla en cada sesión: dos anestésicos y dos de plasmas y plaquetas regeneradoras. Las aplicaciones con largas agujas no duelen, sólo sensibilizan y al paciente le corresponde solamente seguirle el rimo al artista de los pinchazos. Éstos no duelen -repito- pero si duele la paga, me consta en ambos casos.

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La gonartrosis -explicó Zamora Pérez- se cataloga en 4 grados: del 1 al 3 se puede atender de forma conservadora con la aplicación de plasma rico en plaquetas (PRP) y tratamientos de rehabilitación. El grado 4 difícilmente se puede tratar si no es con intervención quirúrgica.

-Atendí a una paciente de 87 años de edad, diagnosticada con gonartrois grado 4, necesitada de una silla de ruedas para mantenerse en pie a causa del dolor de las rocillas. Me solicitó el tratamiento con PRP pero al valorarla encontré que requería el reemplazo d la rodilla. Sn embargo, insistió y firmamos un acuerdo de responsabilidades, con la advertencia de que el tratamiento tendría escasas probabilidades de éxito.

-Sin embargo, ocho sesiones de PRP demostraron lo contrario y la sanación fue manifiesta. La señora abandonó la clínica con enorme sonrisa, pero aún con su bastón de apoyo y los dolores reducidos al mínimo. Meses después la vi en una peregrinación a la Virgen de Guadalupe y caminaba… sin bastón.

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