La ketanima, anestésico con propiedades sedantes y analgésicas empleado desde la década de 1970 en procedimientos quirúrgicos, ha mostrado mayores beneficios para el tratamiento de la depresión. (ARCHIVO)
La ketanima, anestésico con propiedades sedantes y analgésicas empleado desde la década de 1970 en procedimientos quirúrgicos, ha mostrado mayores beneficios para el tratamiento de la depresión que los fármacos y las terapias disponibles, señalaron especialistas en un artículo “Ketamina, un nuevo agente terapéutico para la depresión”.
Explicaron que los antidepresivos orales, considerados el pilar de los tratamientos farmacológicos, brindan resultados entre la segunda y la sexta semana de empleo, mientras que la ketamina mejora los síntomas depresivos de manera notable en cuestión de horas, además de ser útil en pacientes que no responden a los tratamientos actuales.
En su texto publicado en la revista de la Facultad de Medicina de la Universidad Nacional Autónoma de México (UNAM), los expertos destacaron que uno de los grandes beneficios del pronto actuar de la ketanima es que, a diferencia del resto de tratamientos disponibles, ofrece una respuesta oportuna ante situaciones urgentes como la presentación de la ideación suicida.
“Estos efectos clínicos rápidos y sostenidos proponen un mecanismo terapéutico novedoso, abriendo la puerta para una nueva generación de tratamientos farmacológicos, con la posibilidad de modificar el curso de la enfermedad a través de una mejoría sintomática y de calidad de vida”, valoraron.
Los integrantes del Instituto Nacional de Neurología y Neurocirugía, de la Facultad de Medicina de la UNAM y de la Universidad Anáhuac indicaron que en el 2000 se publicó el primer ensayo clínico que mostró el efecto antidepresivo de la ketamina y que, a partir de entonces, “se han obtenido resultados prometedores con una eficacia antidepresiva robusta y rápida, dentro de la primera hora postadministración y hasta siete días posteriores”.
Agregaron que, por todo ello, el año pasado la FDA (agencia del gobierno de Estados Unidos encargada de la regulación de los medicamentos) aprobó la utilización y comercialización de un fármaco derivado de la ketamina para el tratamiento del trastorno depresivo mayor, enfermedad neuropsiquiátrica que afecta el ánimo, afecto, conducta, cognición y pensamiento de quien la padece.
