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AMPLITUD DE LA VIOLENCIA

ARTURO MACÍAS PEDROZA

El drama vivido recientemente en un colegio de Torreón con la lamentable muerte de dos personas además de los heridos, ha motivado en todas partes miles de opiniones, comentarios y declaraciones en todo el país. Estas líneas desde una visión más amplia quieren contribuir a la mayor comprensión del fenómeno.

La violencia imperante tiene en los jóvenes víctimas sensibles que ven a promotores de la muerte y del aborto alabados por los medios, ven a violentos impunes, y apología de la violencia en música, series y programas, y bombardeos en vivo y en directo, palabras cada mañana a nivel nacional que ofenden y dividen.

La violencia que sufrimos no sólo es producto de grupos organizados o de las bandas delictivas, sino que también es resultado de nuestros pequeños actos de violencia. La violencia que hay en nuestra vida, tiene que ver con sentimientos, prejuicios, preconceptos o experiencias negativas que están presentes en nosotros mismos y no sólo en los demás.

El compromiso de servir toda la vida y la vida de todos, brota de la aspiración humana por la paz como objetivo universal que busca que cualquier persona tenga el derecho a vivir realizándose en toda su dignidad como ser humano. Por lo mismo no podemos permanecer indiferentes ante los diversos atentados que se cometen contra el gran don de la vida humana, especialmente en los momentos de mayor vulnerabilidad, si bien los desafíos a los que nos enfrentamos en este cambio de época no son pocos ante una profunda crisis antropológica-cultural, caracterizada entre otras cosas por un crecimiento de la "cultura de la muerte" en nuestro país y que se manifiesta en:

1. Abuso y daño al planeta.

2. Considerar que la vida de un hijo es derecho de un adulto.

3. Que un hijo debe superar unas condiciones que los demás le impongan para permanecer con vida, independientemente de su dignidad intrínseca.

4. Se confronta antagónicamente a la madre y sus anhelos contra la vida de su hijo.

5. Se desprecia la salud (consumo excesivo, obesidad, tendencia a legalizar drogas).

6. Se desprecia la vida del prójimo y se considera un triunfo hacer sufrir a otro (crueldad que no respeta edades ni sexo y que exhibe la brutalidad de quitar la vida).

7. Se rompe el vínculo entre la sexualidad y la procreación desconectándolo del encuentro entre un hombre y una mujer, con amor y por amor.

8. Se desprecia la vida humana respecto al resto de la creación. Se difunde la vergüenza de la existencia humana como "una plaga para la naturaleza". 9. Se justifica eliminar la vida o quitársela uno mismo, en vez de combatir el dolor o la enfermedad. (Promoción de la eutanasia y del suicidio asistido).

La comprensión de la siguientes situaciones contribuye a un análisis mejor de los acontecimientos vividos situándonos dentro de un más amplio contexto.

- Situaciones constantes que atentan contra la dignidad de la mujer (trata de personas, prostitución, maltrato psicológico, abandono familiar…

- Madres solteras que luchan por sacar adelante a sus familias, explotación, trata de menores y gran número de desapariciones de personas.

- Largas jornadas de trabajo, desempleo, salarios mal pagados, que provocan pobreza y migración.

- Disfuncionalidad familiar

- Acumulación de sufrimientos de las familias a causa de la violencia: homicidios, secuestros, desapariciones y extorsiones.

- Narcotráfico, drogadicción, pornografía, alcoholismo y adicciones digitales ponen en riesgo la salud física y mental, tanto de los que participan en esas prácticas, como de las personas que se encuentran a su alrededor.

- Corrupción.

- Desprecio por la vida claramente manifestado en un sector de la sociedad, a través de la cultura de la muerte.

- Confusión sobre temas como respeto a la vida, dignidad humana: ser varón y ser mujer, planificación familiar y uso de anticonceptivos, el cuerpo humano, sexualidad, noviazgo, acompañamiento humano-afectivo de los adolescentes y jóvenes…

- Iniciativas constantes apoyando el aborto presentadas en las cámaras legislativas de los Estados.

- Apatía por participar en las causas sociales que promueven la dignidad humana y el derecho a la vida y un claro desconocimiento de los derechos humanos.

La superación de situaciones concretas de violencia como las que se han vivido, pasan por una comprensión de la realidad que entienda la necesidad de una conversión que nos una a todos en una nueva manera de construir la sociedad. Hemos robado la esperanza de nuestros más pequeños y hemos descuidado el fundamento de nuestra sociedad: la vida y la familia. La negación de la primacía del ser humano es también negación de la imagen divina que está en cada uno. Promover la dignidad humana es independientemente de condiciones sociales, formación cultura, trabajo desarrollado, aspecto externo, edad, convicciones filosóficas o religiosas; es anunciar que todo individuo humano tienen la misma dignidad y requiere el respeto a la vida de los otros.

La manifestación de diversas formas de violencia llega a extremos como los que nos han horrorizado el viernes pasado. se va anclando en nuestras relaciones sin darnos cuenta y sólo hasta que explota, descubrimos lo que permanecía escondido. Piénsalo.

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