Tras el asesinato de Soleimani, iraníes se han volcado nuevamente contra el Gobierno de los Estados Unidos, un enemigo histórico de Irán. (EFE)
Estados Unidos no consiguió lo que tantos Gobiernos han buscado, frenar sus interminables guerras en el Oriente Medio, esto debido a la fractura diplomática de la administración de Donald Trump con Irán que se avecinaba desde la presión por mantener a la República Islámica bajo los lineamientos del pacto nuclear del cual, la Unión Americana se salió.
Un ataque sin aval ni previo aviso para el Congreso de EUA contra Qasem Soleimani, un general de alto rango de la República Islámica desencadenó el temor de una escalada de violencia que podría derivar en una nueva Guerra del Golfo o un conflicto de mayores proporciones.
La escalada es tal que ahora América Latina, Europa, Rusia y China han tomado posicionamientos acerca de las acciones bélicas de Trump, las cuales contrastan de las sanciones económicas que el líder estadounidense solía preferir durante el largo del 2019.
El nuevo frente de batalla estadounidense fue inesperado, debido a que las tensiones de esa índole se concentraban principalmente en la península de Corea.
Por otra parte, pese a las reacciones de los líderes globales, la Organización del Tratado del Atlántico Norte (OTAN) no emitió una postura sobre la avanzada estadounidense, pese a las declaraciones de los líderes que conforman la misma.
No obstante se limitaron a suspender sus ejercicios militares en Irak ante el temor de ser objetos de ataques iraníes o chiitas.
CALLAN
El silencio del mundo árabe es casi total, principalmente por las divisiones teológicas que se presentan en la religión musulmana, puesto que la mayor parte de la población de los países que los conforman son sunitas -estimados entre el 86 y el 90 por ciento de la religión-, mientras que Irán es un país con mayoría chiita, con una distribución entre el 81 al casi 100 por ciento de su población, los cuales conforman apenas una décima parte de los fieles.
Las divisiones -principalmente- de Irán y demás países chiitas de la región -Irak, Bahrein, Azerbaiyán y Yemen- derivan en gran medida de cuestiones religiosas, no obstante posicionamientos políticos y bandos a apoyar en las guerras que libran las mayorías de las naciones también son un factor a tomar en cuenta en el por qué del silencio.
A ello se suma la fractura diplomática de Irán con el reino de Arabia Saudí en 2016, tras la ejecución del imán chiita Nimr al Nimr junto a otras 46 personas por parte de Riad (capital de Arabia Saudí) y el repunte de las tensiones tras el ataque a la refinería Aramco, la principal del reino y el mundo el pasado mes de septiembre del 2019, de la cual se responsabilizó a la República Islámica.
El punto de ebullición del conflicto se fue dando a "fuego lento" pero de forma notoria, e Irán aparenta tener un bajo respaldo de los integrantes de la Liga Árabe, quienes parecen tener aversión hacia cualquier acción que la República Islámica realice.
ISIS Y LA AYUDA OLVIDADA DE IRÁN
El Estado Islámico de Irak y Siria (ISIS por sus siglas en inglés) representa un mal latente para los países del Golfo, sobre todo con la eventual salida de las tropas estadounidenses de Irak, lo que podría generar una reagrupación del casi extinto califato del ya muerto Abu Bakr al-Baghdadi.
Si bien la OTAN no ha garantizado que la coalición liderada por Estados Unidos contra el Estado Islámico continuará en ese país, el presidente francés, Emmanuel Macron, trasladó a su homólogo iraquí, Barham Saleh, el compromiso de Francia con la seguridad y soberanía de Irak ante la escalada de tensión en Oriente Medio, principalmente contra el grupo terrorista.
Los dirigentes acordaron permanecer en contacto para evitar un "agravamiento suplementario de la tensión y actuar a favor de la estabilidad en Irak y en la región en su conjunto".
Macron trasladó a Saleh que la prioridad en Irak es la lucha contra el Estado Islámico, con la intervención de la coalición internacional "que interviene en este país en pleno respeto a su soberanía y con el apoyo de sus fuerzas de seguridad".
Por otra parte, cabe recordar que el general Qasem Soleimani, ordenó combatir al Estado Islámico mucho antes de que Estados Unidos creara la coalición internacional contra el terrorismo yihadista, así como a Al Qaeda.
Rusia, quien forma parte de la resistencia militar en Siria desde 2015, subrayó que "los méritos personales" de Soleimani en la lucha contra el EI en Siria son "indiscutibles".
¿GOLPE AL TERRORISMO O A LA REPÚBLICA?
El presidente Trump aseguró que el asesinato de Soleimani fue para evitar una guerra, no obstante el trasfondo podría ser mayor.
De acuerdo con el Departamento de Estado de los Estados Unidos, en un documento de 56 cuartillas titulado "Un régimen fuera de la ley: Una crónica de las actividades destructivas de Irán", la nación pérsica usa a su fuerza Qods del Cuerpo de la Guardia Revolucionaria Islámica para apoyar a diversos grupos terroristas designados por EUA proporcionando fondos, entrenamiento, armas y equipamiento.
Entre los grupos señalados por el Departamento de Estado que reciben apoyo de Irán están el Hizbulá libanés, Hamás, la yihad islámica palestina (PIJ), Kata'ib Hizbulá (KH) en Irak y las brigadas Al-Ashtar (AAB) en Baréin.
También documentaron que el régimen iraní facilitó los viajes de altos líderes de algunos de estos grupos a Irán, a menudo bajo la apariencia de educación religiosa.
Además de a estos grupos terroristas designados por Estados Unidos, Irán ha proporcionado armas y apoyo a los grupos militantes chiitas de Irak, los hutíes de Yemen y los talibanes de Afganistán, que son responsables de ataques contra tropas aliadas y estadounidenses, gobiernos y fuerzas de seguridad locales, y misiones diplomáticas en estos países.
Miles de combatientes extranjeros, principalmente chiitas y afganos, reclutados por Irán luchan actualmente en Siria, aseguran.
Cabe recalcar que Siria es el principal aliado tanto político como militar de Irán, el cual supondría que de existir un debilitamiento en el régimen de Bashar al-Assad (presidente sirio), "el poderío de Irán no tendría efectos desestabilizadores" en la región así como el sur de Asia.
El extracto del documento también recalca que "Irán también proporciona hasta 100 millones de dólares anuales en apoyo combinado a grupos terroristas palestinos, incluidos Hamás, PIJ y el Frente Popular para la Liberación de Palestina-Comando General. Estos grupos terroristas han sido los organizadores de una serie de ataques mortales originados en Gaza, Cisjordania, Siria -aliado iraní- y el Líbano, incluidos ataques contra civiles israelíes, fuerzas de seguridad egipcias en la península del Sinaí y ciudadanos estadounidenses".
Estados Unidos acusa que Oriente Medio está más afectado por la destrucción causada por el apoyo estatal de Irán al terrorismo, señalando que el terrorismo iraní es un problema global. "Desde que el régimen iraní llegó al poder en 1979, Irán ha llevado a cabo conspiraciones terroristas, asesinatos y atentados en más de 20 países en todo el mundo", acusan.
