El recorte del 27 por ciento a la Sader impactará a los productores dedicados al cultivo de melón, sandía y algodón. (ARCHIVO)
La agrupación Central Campesina Cardenista reconoce que el recorte de un 27 por ciento en el presupuesto para la Secretaría de Agricultura y Desarrollo Rural (Sader) tendrá un fuerte impacto para los productores del sector social de La Laguna.
María Isabel Estrada Macías, secretaria general de la organización, reconoció que la propuesta hecha para 2020 es de gran magnitud, dado que apoyará a las regiones agrícolas más pobres del país, sin embargo, dijo que "para quienes están en la zona norte de México, esto sí nos pega".
Citó que para los productores del sector social dedicados al cultivo de melón, sandía y algodón no están definidos beneficios y ningún tipo de apoyo, a pesar de las difíciles condiciones económicas de ellos hay un "olvido" de ellos por parte del gobierno.
NO COMPARTEN CIFRAS DE CONEVAL
Refirió que no están de acuerdo con las cifras que maneja el Consejo Nacional de Evaluación de la Política de Desarrollo Social (Coneval) en temas de pobreza en La Laguna, estimando que las cifras de pobreza son mayores a las que ellos reportan.
Destacó que quienes se dedican a granos básicos como maíz, trigo, arroz y frijol han obtenido mejores beneficios por parte del Gobierno federal, sin embargo, para quienes se dedican a cultivos de temporal como melón o sandía, no hay ningún estímulo.
Recordó que durante el período de Humberto Moreira se dieron apoyos para colocar piso firme en comunidades productoras pobres de la región, pero que no tienen ingresos para cubrir sus necesidades básicas.
Comentó que con este hecho las estadísticas refieren que no están en pobreza, por lo que consideró importante revisar los criterios para considerar si una familia está o no en condiciones de pobreza extrema.
TENDRÁN REUNIÓN CON CONAGUA
Estrada Macías informó que este miércoles se reunirán con funcionarios de la Comisión Nacional del Agua (Conagua) para plantear el ciclo agrícola 2020 y el plan de riego, el cual lo revisan anualmente a finales de octubre o noviembre.
Se revisa el volumen de agua que será extraída de las presas y el número de hectáreas que se cultivarán para el ciclo primavera-verano.
