En la memoria de los laguneros siguen frescas las imágenes de las épocas violentas, aquellos tiempos en que las detonaciones de armas activaban los peores miedos y la única opción era escapar corriendo, tirarse al piso y proteger a los seres queridos.
La mañana de ayer, por un momento regresó la misma sensación entre los asistentes al desfile por la Revolución Mexicana en Torreón; bastó un par de disparos para desatar el pánico, ese que se pensaba había quedado atrás.
"¿Qué pasó? ¿son balazos?", preguntaba una joven mujer a su esposo mientras observaba el desarrollo del desfile; estaba acompañada también de sus dos pequeños hijos, a quienes abrazaba y miraba alrededor, buscando explicaciones que en esos momento nadie tenía.
En la explanada de la Plaza Mayor estaba montado un escenario con funcionarios de gobierno, apenas unos segundos antes del caos, el propio alcalde de la ciudad, Jorge Zermeño Infante, sonreía y saludaba a un grupo de jóvenes que realizaban acrobacias como parte del desfile; un minuto después, el público asistente comenzó a dispersarse y la confusión también llegó hasta ese escenario.
"¡Están diciendo que hay balacera, es en la Alameda… Vámonos ya!", se escuchó decir a una joven mujer que llegaba corriendo por la avenida Matamoros.
Detrás de ella, una maestra se acercó al lugar de las autoridades y avisó que habían asesinado a una persona que estaba dentro del desfile. Se levantaron de golpe, el titular de la Policía de Torreón, Primo García, el alcalde Jorge Zermeño y hasta otros regidores, y se inició así la movilización de agentes de todos los niveles y luego se canceló el desfile.
Conforme los últimos contingentes del desfile llegaban a la Plaza Mayor, la noticia se iba difundiendo, de tal forma que incluso un grupo de niñas que iban a bordo de un camión, terminó boca abajo y con la cabeza cubierta, la música seguía sonando, pero ellas se cubrían de lo que pudiera pasar.
El camión estaba a unos metros de la Catedral de Nuestra Señora del Carmen, tenía sus puertas abiertas para católicos y no católicos que buscaban refugio, "balacera, otra vez balazos, mataron a alguien", recitaban quienes estaban dentro del templo, otros lloraban o consolaban a sus seres queridos.
"En la Alameda hubo un hecho lamentable en donde una persona agredió a una señora, desafortunadamente, falleció en el lugar de los hechos, se desplegaron los servicios de seguridad, en coordinación con los tres órdenes de gobierno, estamos en la búsqueda del agresor", dijo minutos después el director de la Policía.
Para ese momento, hasta un helicóptero sobrevolaba toda la zona centro, el despliegue de elementos de seguridad de todos los niveles generaba temor entre algunos y curiosidad entre otros, buscaban saber lo que había ocurrido en avenida Allende y casi calle González Ortega, ahí, donde una mujer estaba tirada.
Se trataba de una maestra, esperaba a que su contingente desfilara y la asesinaron a la vista de sus alumnos, de sus compañeros de trabajo y hasta de los policías, quienes no pudieron detenerlo en esos momentos.
Más tarde, el gobierno de Coahuila y el municipio enviaron comunicados en los que condenaron el acto de violencia, además de comprometerse a buscar al responsable.
Sin embargo, la noticia había ido ya muy lejos, medios de todo el mundo daban cuenta una vez más de la violencia.
Se movilizan
Decenas de policías municipales de Torreón corrieron de la Plaza Mayor a la Alameda Zaragoza, y resguardaron a la población que asistió al desfile en locales de la zona.
2 BALAZOS
Recibió la maestra, de 50 años: uno en el cráneo y otro más en el tórax.
