Parece ser que el número cuatro está de moda. En el último año hemos escuchado sobre el concepto de la Cuarta Transformación (4T), pero me parece que poco hemos oído sobre la Industria 4.0 (I4), un término acuñado en Alemania.
Hace unas semanas tuve la oportunidad de estar en un foro académico donde el tema de la Industria 4.0 fue abordado por expertos. Este artículo resume algunas de las principales ideas para comprender un poco más acerca de esta mega tendencia en la industria. Uno de los conferencistas hizo referencia a las tres primeras revoluciones industriales que ha habido en el mundo. La primera fue la revolución mecánica, con el invento de la máquina de vapor. La segunda se basó en la electricidad y la división del trabajo, lo que trajo consigo la producción en serie. La tercera época consistió en la utilización de las tecnologías de información en la automatización de los procesos productivos.
La cuarta revolución, o Industria 4.0, se refiere a la integración del mundo físico, digital y biológico y se puede ubicar en la segunda década del siglo XXI. Es una nueva manera de organizar la producción para detonar fábricas inteligentes; su núcleo es el internet, y su nombre se debe a cuatro bases tecnológicas en las que se impulsa: 1) Internet de las cosas; 2) Sistemas ciber físicos; 3) Cultura hágalo usted mismo y 4) Fábrica 4.0.
Sin embargo, la Industria 4.0 es mucho más que estos cuatro elementos. También se basa en herramientas como la inteligencia artificial (IA) y la manufactura aditiva, entre otras. La manufactura aditiva o 3D tiene que ver con la tecnología para construir objetos tridimensionales a través de adicionar capa tras capa de algún material. La IA se refiere a esas acciones que buscan desarrollar una mente similar a la humana, de tal forma que pueden llegar a tomar decisiones al hacer uso de bancos de datos; lograr una interconexión masiva de sistemas y dispositivos digitales. El internet de las cosas es la manera en que objetos cotidianos se conectan a la internet con una función específica para simplificar procesos simples y complejos en la vida del ser humano.
Se dice que la Industria 4.0 crecerá fuertemente en los próximos años debido a sus principales ventajas, entre las que se pueden mencionar que la producción se vuelve más flexible, las fábricas pueden convertir sus procesos productivos con base en la demanda, se pueden diseñar soluciones orientadas al consumidor y se optimiza la logística con un mayor aprovechamiento de los recursos y la información, lo que generará economías circulares.
Lo cierto es que esta nueva manera de trabajar revolucionará muchas industrias, como la medicina, la manufactura, o incluso la moda. Los beneficios se verán reflejados en menores costos de producción. Todo esto conlleva impactos en los estilos de vida, de trabajo, de organización y de relación. Se requerirá de una mayor profesionalización de la mano de obra, así como de una mayor conciencia y ética en la generación y uso de la información. En el caso de México, se deberán crear marcos normativos y políticas públicas para convertir el trabajo manual en trabajo basado en el conocimiento, así como impulsar la transformación de las pymes para que no se queden fuera de esta revolución.
