Manifestantes representan a quienes han recibido disparos en sus ojos por parte de las fuerzas policiales en jornadas de protestas en Santiago. (EFE)
El gremio de médicos cuestionó este martes un programa de reparación ocular gratuito lanzado por el Gobierno de Chile y dijo que la solución no pasa por reparar a las víctimas, sino por prohibir el uso de balines para contener el estallido social que vive el país desde hace más de tres semanas.
"Este programa es lo mínimo que puede hacer el Estado chileno. Al tratarse de lesionados por agentes del Estado, es sumamente necesario y casi una obligación hacerse cargo de la reparación física y psicológica de los ciudadanos que han sufrido daños en los ojos", dijo la presidenta del Colegio de Médicos, Izkia Siches.
La crisis social chilena, la más grave desde el retorno de la democracia en 1990, se ha cobrado ya la vida de al menos veinte personas -cinco de ellas a manos de las fuerzas de seguridad- y ha generado miles de heridos, muchos de ellos con traumas oculares.
Según el Instituto Nacional de Derechos Humanos (INDH), un ente estatal independiente, la cifra de personas con lesiones oculares asciende a 197 y diversos organismos internacionales han pedido a los agentes que dejen de usar balines y perdigones de manera arbitraria e indiscriminada durante las manifestaciones.
El ministro de Salud, Jaime Mañalich, anunció el lunes la implementación de un programa destinado a los heridos oculares que incluye "atención médica, estética y funcional, además de apoyo psicológico" y que será "gratuito" para todas las víctimas, independientemente del seguro médico que tengan.
Para la doctora, el programa "no es una solución considerando que el daño lo provoca el propio Estado de Chile" y requiere de mayores explicaciones para detallar su alcance.
Siches se sumó a las demandas que piden el fin del uso de armas no letales y dijo que el número de heridos que deja el estallido social "avergüenza a nuestro país a nivel internacional".
