-¡Ya hay tortillas calientes! grita después de manipular un enorme horno de microondas que cargó desde la cocina de su casa contigua a la terraza del desayuno. Temprano fue al mercado por los víveres y distribuyó en la mesa de servicio recipientes con menudo y barbacoa, gordas envueltas en papal periódico, jugos verde y de naranja, orégano y cebolla picada, con servilletas, saleros, vasos, tenedores y cucharas de plástico a la mano. El café contenido en un curioso recipiente parecido a un bidón -quince tazas el contenido- es el primero en circular en las mesas. Supuestamente es un auto servicio casero pero él no se queda quieto, va y viene a ver qué es lo que falta. Sólo Efrén lo ayuda, los demás hacemos cola.
Consolidar amistades es el motivo de esta nueva convivencia del grupo "Amantes de la vida" y tal parece que su principal promotor busca una candidatura de tipo político, pero no es así. Lo viene haciendo desde hace largo tiempo movido por el afán de mantener unidos y vigentes a sus compañeros a quienes reúne cada jueves para escuchar y participar en conferencias de interés científico, histórico, cultural y periodístico.
Intercala en esas reuniones de académicos desayunos y comidas pero no lo hace gratis: reparte los gastos y todos quedan contentos. Acondicionó la terraza con pisos de duela y servicios sanitarios de lujo, los cuales fueron "inaugurados" el sábado pasado y ese "honor" la correspondió al periodista independiente Jesús Máximo Moreno Mejía.
Efrén Mireles Estens, Carlos Manuel Villarreal Montemayor, Iván Barrón López, Juan Manuel Flores Villalobos, Leonel Rodríguez Rodríguez, Pedro Héctor Rivas Figueroa, Eduardo Guajardo, Heberto Merjil Rentería, Humberto Barbachano Rodríguez, Jesús Catalán Ruvalcaba, Juan Manuel Castro Chávez, Simón Álvarez Franco, Jesús Moreno Mejía, fueron parte de los 16 socios que posaron para la fotografía. Platicaron animadamente sobre temas del pasado e incidencias del presente, la tragedia de la comunidad Lebarón fue uno de los temas principales. "Hay mar de fondo en este caso", comentó uno de ellos. Sólo faltaron las compañeras Elisa Guerrero de León, Margarita Gutiérrez Benites y Myrthala Barocio González.
La gran sorpresa ahora correspondió darla al doctor Barbachano Rodríguez con sus vacunas contra la influenza y convirtió los anexos del comedor en un campo de nudismo -de la cintura para arriba- a fin de aplicar con pulso firme la vacuna en el brazo izquierdo de los compañeros que se quitaron la camisa y mostraron músculo, desafiando el frío otoñal.
Nuestro personaje, Juan Manuel González Cerda, es el todólogo que grita, carga y vigila para que nada falte en la mesa, y por si fuera poco, pone a un lado de la hilera de mesas un recipiente para depositar la basura. Tejedor de estas peculiares convivencias, se quedó al último del tratamiento inmunizante no se supo si por el frío o porque le teme a los piquetes Es también escritor y prepara otros tres libros, uno de ellos con sus experiencias de niño, joven y adulto. Entre sus tomos más célebres y buscados, figura '"Tercera edad. Edad Maravillosa", un tratado que previene sobre los riesgos de la inmovilidad senil. Tal vez por esa circunstancia no para el también docente, columnista de El Siglo de Torreón y presidente del club "Amantes de la vida", llamado así porque sus integrantes, a los 80 años de edad en promedio, siguen en la brega. Del mismo modo hay jóvenes maduros, como el mismo Juan Manuel, Máximo, Barbachano y Leonel, el embajador de los pueblos mágicos. FIN.
(Manejo de cámaras fotográficas: Efrén Mireles Estens y maestro Eduardo Guajardo. Sonrisa congelada por lo tardío de la toma, a cuenta de los asistentes formados en grupo esperando el "flachazo" sin saber que este sistema ya pasó de moda. Pero después, ese mismo día, envío ultra rápido a las computadoras por parte del versificador de las calaveritas panteoneras, el ya citado Mireles Estens. Agradable hospitalidad y mejor comida, a 120 pesos por persona. Algunos no llevaron cambio y pagaron 100. Juan Manuel puso el resto).
