De acuerdo con información de Naciones Unidas, "aunque la humanidad siempre ha contado sus víctimas de guerra en términos de soldados y civiles muertos y heridos, ciudades y medios de vida destruidos, con frecuencia el medio ambiente ha sido la víctima olvidada. Los pozos de agua han sido contaminados, los cultivos quemados, los bosques talados, los suelos envenenados y los animales sacrificados para obtener una ventaja militar".
Entendiendo lo anterior y buscando preservar el medio ambiente ante cualquier situación, la Asamblea General declaró el 5 de noviembre de 2001 que cada día seis de ese mes se celebrará el Día Internacional para la Prevención de la Explotación del Medio Ambiente en la Guerra y los Conflictos Armados, el cual se ha observado anualmente desde el año 2001.
Además de los efectos negativos que los conflictos tienen sobre el ambiente, Naciones Unidas enfatiza también en que cerca del 40 por ciento de estos, durante los últimos sesenta años, han surgido o tienen alguna relación con la explotación de los recursos naturales, ya sea porque son escasos o porque son considerados de mucho valor.
Por estas razones, "Naciones Unidas concede gran importancia a garantizar que la actuación sobre el medio ambiente es parte de la prevención de conflictos, del mantenimiento de la paz y de las estrategias de consolidación de la paz, porque no puede haber paz duradera si los recursos naturales que sostienen los medios de subsistencia y los ecosistemas son destruidos".
