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Lerdo: CXXV Aniversario como Ciudad

Un asentamiento con raíces coloniales

Santo Cristo Señor de los Pobres, a sus pies se celebró la primera misa el 24 junio de 1598.

Santo Cristo Señor de los Pobres, a sus pies se celebró la primera misa el 24 junio de 1598.

JOSÉ JESÚS VARGAS GARZA (CRONISTA OFICIAL DE LERDO, DURANGO)

CRÓNICA LERDENSE

El origen histórico de Lerdo es de rangos coloniales gracias al Sacerdote Jesuita Juan Agustín de Espinoza, quien constituyó el 6 de Mayo de 1598 el primer asentamiento humano en la Comarca Lagunera bautizándola con el nombre de Misión de San Juan de Casta, trasladando a familias españolas, indígenas zacatecos y tlaxcaltecas hacia la rivera del Río Nazas, donde, eligió un paraje en la margen izquierda del Nilo lagunero, ubicado a la altura del poblado León Guzmán, y a l5 kilómetros al sur de C. Lerdo, Dgo. El nombre se le debe al Padre Juan Antonio de Casta, originario de Oviedo, Provincia de Asturias, España, jesuita también, quien acompañaba a la caravana de colonizadores que dirigía el Padre Juan Agustín. Integrándose el pueblo de Casta por 40 familias, entre indígenas tlaxcaltecas, zacatecos, y de origen español; con quienes celebró el 24 de junio del año de referencia el primer evento religioso del Santo Sacrificio de la Misa, al pie del Santo Cristo Señor de los Pobres, con motivo del día de San Juan.

Antes de la llegada de los evangelizadores existía ya un pueblo formado por indígenas llamados Tamazultecos, que se ubicó en la margen derecha de la boca del Cañón de Fernández en el territorio de Lerdo, Dgo., cerca de lo que hoy es el lugar denominado Sapioriz. Mientras la Misión de Casta como pueblo prehispánico generó una población de indígenas antiguos habitantes de esta región así mismo de familias españolas. Con algunas de ellos salieron a formar el pueblo de la Goma, fundado por el jesuita Jacinto Fernández el 10 de marzo de 1621, en tierras al poniente de la Misión. En pocos años después el capitán de dragones Víctor Mijares, a la Misión la eleva con el nombre de Hacienda de San Juan de Casta el 30 de octubre de 1630.

En estas riberas del Río Nazas, representaba un oasis muy singular en el desierto, lleno de belleza por su gran abundancia de agua, con frondosos y tupidos bosques, árboles de varias especies en la parte del río y en sus alrededores de las sierras una gran vegetación de fauna y flora correspondiente a esta zona semiárida. Los pueblos alrededor de Casta, continuaron con la formación de nuevos asentamientos como San Juan de Avilés, (Cd. Juárez) fundado por el Capitán de dragones, Víctor Mijares, el 24 de diciembre de 1630. Posteriormente el pueblo de San Jacinto fundado el 17 de octubre de 1696, por el jesuita Jacinto Fernández.

A estas grandiosas tierras del valle de Casta llegaron los conquistadores del desierto, como fue el vasco español José Vázquez Borrego, minero del Real de Mapimí, que le apostó a la explotación de tierras denominadas de San Juan de Casta. El 20 de agosto de 1731, se iniciaron las mediciones de los terrenos formándose el primer gran latifundio, en tiempos de que nada era fácil, pues se encontraban plenamente sitiadas por los Indios Bárbaros. Para lo cual el colonizador Vázquez tuvo que desembolsar de su propio peculio cantidades de dinero para mantener una escolta de vigilantes para protegerse y de esta manera tratar de alejarlos y facilitar así la fundación de pueblos en lugares cercanos.

Más adelante las tierras de San Juan de Casta, fueron adquiridas en el año de 1756 por Andrés José de Velasco y Restan, quien fue Sargento Mayor Reformado de las Milicias Españolas, vecino de Santa María de las Parras y residente con anterioridad en la Capital Durango. La historia regional lo señala como el segundo hombre que le imprimió coraje y trabajo en la colonización de las tierras que se regaban con agua de los ríos Nazas y Aguanaval, donde proyectó el desarrollo de la ganadería, agrícola y la pequeña industria.

Para el año de 1800 aparece otro colonizador quien adquiere las Haciendas de San Juan de Casta, ese hombre fue Juan José Zambrano, capitán, conde, alcalde y alférez real. Durante 15 años de Zambrano, de oficio minero y originario de España su patria, acumuló grandes riquezas en tiempos de bonanza, dada a su gran administración en el campo minero y en el renglón de la ganadería y la agricultura. Juan José Zambrano, fallece en el año de 1817, dejando a sus familiares en completa bancarrota. Sus bienes fueron rematados en la ciudad de Durango; siendo la hacienda de San Juan de Casta adjudicada por concurso el 20 de Julio de 1836, por el nuevo terrateniente Juan Nepomuceno Flores y Alcalde, quien se inscribe como postor de los bienes de las haciendas pagando por ellas la cantidad de 128 mil 070 pesos, ocho reales.

Es así como fueron naciendo las haciendas agrícolas y ganaderas, la primera para cultivos alimenticios que se suministraba a la gente de trabajo y la segunda para el criadero de animales como: el vacuno, asnar y caballar, ya que así lo demandaban la oferta de gran cantidad de animales que se utilizaban para mover las grandes trituradoras de metal y el traslado del carbón necesario para los hornos de fundición; y para asegurar el transporte. De esta manera se fundaron ranchos de mulas, estancias de ganado y de grandes pastizales.

Al crecer el desarrollo de las haciendas y por consiguiente su número poblacional, continúa los asentamientos humanos, siendo Joaquín Navarro y Olea, el autor de la apertura de nuevas tierras para el cultivo, quien tuvo el valor de sentar los cimientos para la fundación del Rancho de Santa Margarita de Alacoque en 1792 y después el Rancho de San Isidro Labrador en 1794. Nuevamente traslada a un grupo de trabajadores con familias de la Hacienda de San Juan de Casta para fundar el rancho de San Fernando de la Laguna el 30 de mayo de 1799, fincado la primera casa habitación en la esquina de la hoy Av. Coahuila y calle Hidalgo. Siendo éstos los mejores expertos en trabajos agrícolas. Los habitantes se organizaron y designaron a las autoridades, con el carácter de Juez de Paz.

Muy pronto los habitantes de San Fernando fueron testigos de la llegada del cura Hidalgo a estas tierras el día 8 de abril de 1811, asentó el jefe realista en la "Cordillera número once", que había llegado una caravana de presos consignando la relación de los prisioneros en la que se conducían a Miguel Hidalgo y Costilla, acompañándole religiosos e insurgentes. Hidalgo pasa la noche en la garita del Rancho que se utilizaba como calabozo. Dando visto bueno a la "Cordillera" elizondista el Juez de Paz del Rancho Sixto Maldonado. Al otro día la caravana de presos y soldados salen muy temprano por la mañana, con rumbo al Rancho de San Isidro y a Jacales, continuando rumbo a Santiago de Mapimí.

Gracias al trabajo de los pobladores de San Fernando este asentamiento le dan el nombre de hacienda el 27 de septiembre de 1827. Aquí se construyen las casas de los peones, galeras bolas y las caballerizas, siendo este sitio donde se inició el desarrollo urbano, social, económico y cultural en la Zona Metropolitana, pasando a ser la urbanización más antigua de la Comarca Lagunera. Mientras tanto el hacendado Juan Nepomuceno Flores, en 1836 pasa a ser propietario de la Hacienda de San Fernando, dentro de lo cual manda construir en el año de 1848 el casco o casa principal del Casco, uno de los edificios arquitectónicos de mayor relevancia.

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Escrito en: Crónica gomezpalatina

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