A don Abundio el del Potrero no le gusta el horario de verano. Le preguntas qué horas son y te contesta con
otra pregunta:
-¿Hora del Gobierno u hora cristiana?
Eso de adelantar los relojes, y atrasarlos, le parece solemne tontería. Dice:
-Podrás atrasar o adelantar tu reloj, pero no podrás atrasar o adelantar al Sol.
El horario de verano, opina don Abundio, es una invención gringa para destantearnos a los mexicanos. Dice
que al adelantarse los relojes sus nietos tienen que ir a la escuela cuando todavía es de noche, y alumbrarse con
una lámpara por el camino o para leer o escribir en las primeras clases que se dan, pues aún no hay luz de día.
Pregunta:
-¿Por qué no dejan en paz a los relojes? Al rato van a querer adelantar y atrasar también los calendarios.
No sé si el cambio de horario trae consigo alguna ventaja o beneficio. Pero oigo hablar a don Abundio y me
pregunto lo mismo que se pregunta él: ¿por qué no dejan en paz a los relojes?
¡Hasta mañana!...