Para el Centro de Estudios Económicos del Sector Privado, urge al Gobierno impulsar la inversión en infraestructura. (ARCHIVO)
Para detonar el crecimiento económico y aliviar la pobreza se debe estimular la inversión privada en un ambiente de negocios apropiado, señaló el Centro de Estudios Económicos del Sector Privado (CEESP).
En su análisis semanal, dijo que es preciso facilitar la inversión en infraestructura del sector privado, que enfrenta muchos proyectos con gran potencial, mediante la remoción de obstáculos en los tres niveles de gobierno.
"Ello sería una excelente señal. Pero particularmente es fundamental recuperar la certidumbre y la confianza para los inversionistas", planteó.
El CEESP que dirige Carlos Hurtado López reconoció que desde 2015 el crecimiento económico del país ha sido en descendente, incluso la baja se pronunció en 2018 y ahí se ha mantenido.
"Esto es resultado de la incertidumbre generada por factores externos, como varias decisiones de política interna que las autoridades han tomado".
Subrayó que a las inversiones además les afecta la inseguridad, la impunidad y la ausencia de estado de Derecho, que deja en la indefensión a empresas y personas.
En un recuento, el Centro de Estudios comentó con cifras del Instituto Nacional de Estadística Geografía e Informática (INEGI) que el indicador global de la actividad económica registró un avance mensual de 0.1 por ciento, respondiendo principalmente a un repunte en la producción de la minería.
La construcción también creció y tuvo un impacto importante. No obstante, esos avances apenas fueron suficientes para compensar el nulo avance de las actividades terciarias, que representa casi dos terceras partes del PIB total.
"Lo más notable, y preocupante", destacó, fue que las actividades terciarias reportaron su primera caída anual registrando -0.1 por ciento desde noviembre de 2009, lo que apunta al debilitamiento del consumo.
Ello podría relacionarse con la precarización que mantiene el mercado laboral pues si bien el porcentaje de desocupación tuvo modesta disminución al pasar de 3.6 por ciento en agosto a 3.5 por ciento en septiembre, las condiciones de contratación continuaron siendo precarias.
Respecto a la aprobación reciente de la Ley de Ingresos dijo que se basa en un marco macroeconómico un tanto optimista, donde se espera crecer dos por ciento y la plataforma de exportación de petróleo se estima en 1, 134 millones de barriles diarios.
Sin embargo advierte que el riesgo de sobre estimación de los ingresos es que se coartaría la posibilidad y la capacidad del sector público para mantener simultáneamente la salud de las finanzas públicas y sus programas sociales y que se utilice en su mayoría o incluso en su totalidad el fondo de estabilización de los ingresos petroleros.
Concluye que las finanzas públicas conservan su salud, pero la debilidad de las fuentes de ingresos y el constante recorte del gasto público ponen en riesgo su sostenibilidad y los objetivos planteados, al menos para el mediano plazo.
Mejor nivel
La Secretaría de Hacienda y Crédito Público (SHCP) informó que al cierre del viernes 25 de octubre el riesgo país de México se ubicó en 195 puntos base, 3 puntos (1.54 por ciento) menos en comparación con la semana pasada, su mejor nivel de las últimas seis semanas.
El Índice de Bonos de Mercados Emergentes (EMBI+) de J. P. Morgan, indicador que muestra la capacidad de un país emergente para cumplir con los pagos de su deuda soberana en comparación con la deuda soberana de Estados Unidos que es considerada de riesgo cero, detalló que hasta el momento el riesgo país México acumula una disminución de 46 puntos base en lo que va de 2019.
Por su parte, el riesgo país de Argentina se ubicó en 2 mil 88 puntos base, una disminución de 3.06 por ciento, en tanto que Brasil registró 235 unidades, una baja de 0.84 por ciento.
La Secretaría de Hacienda recordó que el riesgo país de México ha registrado un mínimo histórico de 71 puntos base, el 7 de junio de 2007, y un máximo de 604 unidades el 23 de octubre de 2008.
