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Así prohibieron el fracking en Bulgaria

Yo río libre

JULIO CÉSAR RAMÍREZ

De forma similar al caso de Francia, la indignación de la sociedad civil búlgara cuando el Gobierno empezó a otorgar permisos de prospección hidrocarburífera vía fracking, fue el detonante de la organización y articulación ciudadana en la lucha contra la fractura hidráulica.

Esta movilización de base, según narra la Asociación Interamericana para la Defensa del Ambiente (AIDA) en su Informe "Prohibiciones y moratorias al fracking: legislación comparada", 2019, logró insertarse pronto en la agenda política de Bulgaria.

En Bulgaria, el fracking se convirtió en tema clave en junio de 2011, cuando el gobierno otorgó un permiso a la empresa estadounidense Chevron para la exploración de gas de esquisto en un área de 4 mil 400 kilómetros cuadrados cerca del pueblo de Novi Pazar, noreste del país.

El Gobierno justificó su decisión en la necesidad de lograr la seguridad energética del país.

Pese a que el gas natural representaba 12 % del consumo energético de Bulgaria en 2011, el país dependía casi totalmente de la importación de gas natural de Rusia para satisfacer dicha demanda, y el combustible era importado a un precio cuatro veces mayor al de los países productores.

El ministerio de Economía y Energía estimó que Bulgaria tenía entre 300 billones y 1 trillón de metros cúbicos de gas de esquisto.

La decisión gubernamental para conceder el permiso a Chevron dio lugar a una campaña antifracking bien organizada y extendida en todo el país.

Fue liderada por numerosas organizaciones de protección al ambiente, incluyendo Frack Free Bulgaria (Bulgaria Libre de Fracking) y el grupo de Facebook We are against the Bulgarian Chernobyl (Estamos en contra del Chernóbyl búlgaro).

Estos grupos sensibilizaron sobre los riesgos de daños graves e irreversibles asociados al fracking, que son especialmente serios en la región de Novi Pazar debido a la alta actividad sísmica de la zona y a que constituye la reserva de agua subterránea más grande de los Balcanes.

Los grupos antifracking coordinaron extensas protestas y recogieron más de 50 mil firmas apoyando la propuesta de una moratoria reglamentaria.

Y a mediados de enero de 2012, más de 10 mil personas se manifestaron en 20 ciudades del país en contra del fracking.

La presión de las organizaciones sociales y de la ciudadanía obligó al gobierno a cambiar su postura favorable al fracking del gas de esquisto.

El 18 de enero de 2012, Bulgaria se convirtió en el segundo país europeo en prohibir el fracking.

La Asamblea Nacional apoyó de forma amplia y mayoritaria la medida, aprobada con 166 votos a favor, 6 en contra y 3 abstenciones.

El 14 de julio de 2012, la Asamblea Nacional modificó la ley, eliminando una disposición referente a la presión empleada en la extracción y exploración, pero dejando las demás vigentes.

El texto de la ley prohíbe la aplicación de la tecnología de la fracturación hidráulica o cualquier otra que contemple la inyección a presión de una mezcla de líquidos (geles o gas licuado), aditivos químicos y/o fluidos, descargas mecánicas y/u orgánicas en los pozos, que lleven a la generación de nuevas grietas o a la expansión de las grietas existentes, o afecten los sistemas de fracturas en todas las formaciones sedimentarias, incluidas las capas de carbón, para la exploración y explotación de petróleo y gas natural. Esta prohibición es indefinida y se aplica a todo el territorio de la República de Bulgaria.

La prohibición del fracking en Bulgaria se funda en la precaución, la prudencia y en la obligación estatal de proteger la salud pública y el ambiente.

El texto de la reforma establece que la Asamblea Nacional estaba "procediendo [con la prohibición] desde el principio de prudencia en relación a la protección de la salud humana y el ambiente".

La Asamblea Nacional búlgara buscó proteger el ambiente y la salud humana, a pesar de la incertidumbre científica sobre la magnitud y el alcance de los daños que puede ocasionar el fracking.

La presión social tuvo gran influencia en esta decisión. El Primer Ministro Boiko Borissov y el Vicepresidente Valentin Nikolov, comprendieron la necesidad de tal prohibición y la importancia de la incidencia ciudadana para lograrlo.

La prohibición debe ser entendida también a la luz del derecho a un ambiente sano y del correlativo deber estatal de protegerlo, ambos contemplados en la Constitución de la República de Bulgaria.

Entonces, ¿se puede o no se puede prohibir el fracking en México?

@kardenche

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