La primera noticia era que cerca de 200 alcaldes -todos panistas-, justo antes de que diera inicio la "mañanera"de López Obrador, se presentaron a las seis de la mañana el pasado martes a la puerta de Palacio Nacional para ver al presidente de la República, y exigirle recursos por seis mil millones de pesos. Más tarde se supo que los alcaldes, agrupados bajo la Conferencia Nacional de Municipios de México, venían de todos los estados del país y pertenecían a todos los partidos políticos, incluyendo a Morena.
El piquete de soldados que resguardan las entradas de Palacio Nacional les arrojó gases lacrimógenos, porque según el presidente, "tuvieron miedo a que estas personas entraran a Palacio y lo estropearan".
El asunto fue serio porque se contrasta con el delicado trato, condescendiente, compasivo y hasta paternal, que el presidente otorga a los suyos cuando hacen desmanes junto con rufianes o delincuentes y con jóvenes anarquistas que atacan y pintarrajean las paredes de edificios, rompen vitrinas, roban mercancías de las tiendas y hasta intentaron incendiar la puerta Mariana de Palacio Nacional. Ante tal vandalismo las autoridades los han exculpado, comprendiendo su pobreza, ignorancia y desamparo social y por eso, dicen, que hay entender su triste condición para absolverlos de culpa y castigo, y por eso nadie los denuncia.
A los que se acercan al orto del poder abogando, como lo han hecho estos alcaldes, alivio y justicia para los habitantes de sus municipios, el presidente los trata con desprecio insultándolos con los consabidos epítetos de neoliberales y conservadores, que hoy en día nos está haciendo el favor de polarizar peligrosamente a la sociedad mexicana.
El tremendo sainete del martes 22 fue una pequeña muestra de la forma como reacciona el gobierno cuando el opositor se le acerca, de ahí que el Primer Mandatario se escabulle y le da la espalda al diálogo. Hecha la desgracia que fue ampliamente difundida por los medios, en vez de recibirlos como presidente que es de todos los mexicanos, delegó en el subsecretario de gobernación, Ricardo Peralta, escuchar las peticiones de los ediles. Para abrir boca, el funcionario ofreció sus más ampulosas disculpas a nombre del gobierno. Paso seguido se instalaron mesas de trabajo para evitar entre otros, los recortes excesivos a los fondos, rediseñar la ley de coordinación fiscal, aumentar el fondo de apoyo a migrantes, actividades mineras y ampliar el subsidio en materia de seguridad.
Este grupo de trabajo instalado en la Secretaría de Gobernación, tomarán el tiempo que haga falta para solucionar estos problemas. El presupuesto de egresos, sin embargo, ha de aprobarse antes del fin de noviembre por lo que los alcaldes tendrán que apretar el paso para no quedar fuera de las decisiones.
Estos asuntos han sido vitales para la salud de la nación como también han sido objeto de posicionamientos muy claros por los gobernadores muy recientemente , por ejemplo, por el de Chihuahua. Si los alcaldes saben manejar bien la situación, la cuestión de los recursos federales que reciben los municipios puede escalarse a dimensiones históricas. Son miles de casos en que se padecen los faltantes de recursos más elementales en la vida de los municipios.
La gestión de los alcaldes estuvo mal encauzada dijo el Presidente ayer sin omitir las consabidas alusiones a los conservadores que son sus enemigos . La vía correcta era la Secretaría de Gobernación que fue llamada para que uno de sus funcionarios, un subsecretario, hablara con los tres voceros del grupo que está compuesto por más de cien alcaldes inconformes con que se les deje sin presupuestos y que no pretenden sino expresarle al Presidente la urgencia hacer llegar a los municipios los fondos que requieren para atender las necesidades cotidianas más elementales de sus comunidades. De por medio está su posibilidad de atender los servicios elementales de policía y las tareas cotidianas en comunidades muy empobrecidas.
Este es otro caso que se quiere resolver con mesas de diálogo o de contacto. Una vez más el gobierno tratará de diluir una cuestión de gravedad con el insulso recurso de un comité que nada adicional tiene que considerar fuera de la realidad perfectamente conocida de la interrupción de los indispensables fondos presupuestales que son la base de un federalismo real y operativo de acuerdo con la Constitución.
El que se hayan desplazado casi 200 alcaldes de sus sedes para llegar sin protocolo a Palacio Nacional es muestra de la desesperación que los anima.
Es de recomendarse, por cierto, el definir en las notas periodísticas la pertenencia partidaria de cada legislador o funcionario. Esto es ya indispensable en estos tiempos de tanta confusión para que el ciudadano tenga el panorama claro de quien es quien y de cual partido se trata el reportaje.
