El maestro y su discípulo iban por la playa.
Preguntó el estudiante:
-Maestro: ¿dónde empieza el mar?
Respondió el maestro:
-Aquí.
Volvió el discípulo a preguntar:
-Y ¿dónde acaba el mar?
Contestó el sabio:
-Aquí.
Explicó luego:
-En el mismo lugar donde termina el mar, el mar comienza. Aprende que el principio es el final, y en la misma manera el final es el principio. Lo que sucede con el mar sucede también con la vida y con la muerte: con la vida empieza la muerte; con la muerte empieza la vida.
El discípulo entendió que las palabras de su maestro tenían más profundidad y más grandeza que la grandeza y la profundidad del mar.
¡Hasta mañana!...