Cientos de personas participaron en una caminata por la paz que llegó este domingo hasta la Plaza de la Independencia, en Quito. (EFE)
Con el grito unánime de paz y unidad para todo el pueblo ecuatoriano, los quiteños volvieron a tomar las calles, pero esta ocasión para una "minga" de limpieza en muros, comercios, calles, avenidas y mobiliario urbano del Centro Histórico, tras las recientes manifestaciones por el retiro al subsidio de los combustibles.
A ocho días de la firma del diálogo, entre el Gobierno del presidente Lenin Moreno y grupos indígenas, que puso fin a las manifestaciones, y la anulación del decreto 883, los "manifestantes" avanzaron después de las 9:00 horas, desde el parque El Ejido hasta el centro de la capital.
El paso de la "minga" (trabajo comunitario), en su mayoría trabajadores de la alcaldía de Quito y familias de clase media, dejó patente la ausencia de comunidades indígenas, que fueron los principales protagonistas de la lucha a una medida unilateral bautizada como el "paquetazo".
Antes de que iniciara la marcha, elementos de la policía metropolitana y bomberos resguardaban la sede del parque.
Una banda musical encabezó ayer una nutrida caminata por la paz para sanar las heridas que dejaron once días de violentas protestas contra el alza del precio de los carburantes y que tuvieron su epicentro en el centro-norte de Quito.
Cientos de personas se reunieron en el parque El Ejido frente a la Casa de la Cultura, donde miles de indígenas permanecieron la segunda semana de octubre para protestar por la eliminación del subsidio a los combustibles.
Flanqueada por paredes que aún lucen pintadas contra el Gobierno y el Fondo Monetario Internacional (FMI), la marcha por la paz entró por las estrechas calles del Quito Viejo para encontrar en el camino decenas de personas limpiando aceras, paredes, puertas dañadas durante las protestas.
