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Los riesgos de un México dividido

Actitudes

JOSÉ SANTIAGO HEALY

Mientras nos acercamos al primer año de mandato del presidente López Obrador observamos cómo el país comienza a dividirse en prácticamente dos bandos: los que apoyan casi ciegamente al régimen y los que están en contra y muy preocupados por el futuro de México.

Siempre que nos hemos dividido en México los daños sociales, políticos y económicos han sido enormes.

Así sucedió durante la lucha por la Independencia en las primeras décadas del siglo XIX y algo muy similar ocurrió en los inicios del siglo XX cuando estalló la Revolución Mexicana.

En tiempos más recientes vivimos momentos muy complicados como en 1982 cuando el presidente López Portillo nacionalizó la banca e impuso el control de cambios para supuestamente solucionar la crisis económica que agobiaba al país.

Las consecuencias fueron desastrosas, el país tardó prácticamente un década para recuperarse.

Años después -en 1994- la historia pareció repetirse, aunque los sucesos fueron muy distintos: una sublevación indígena en Chiapas, los crímenes de Luis Donaldo Colosio y José Francisco Ruiz Massieu y el estallido de la economía por la fuga de capitales y la pérdida de confianza.

En estos momentos la economía mexicana se encuentra prendida de alfileres: crecimiento nulo, desplome en las inversiones, pérdida de empleos y desconfianza entre los inversionistas.

No obstante el peso mantiene cierta fortaleza frente al dólar, quizás porque siguen llegando divisas del exterior en cantidades abundantes, especialmente en remesas y en turismo.

Pero el clima de confrontación se ve y se siente en varios sectores. No hay día que López Obrador se abstenga de criticar y en ocasiones agredir verbalmente a los empresarios y a los supuestos grupos conservadores por oponerse a sus acciones y planes de gobierno.

Lo mismo ocurre con los medios de comunicación y de paso con los partidos de oposición que obviamente no están de acuerdo con tantos desatinos del todavía joven régimen.

Esta semana AMLO arremetió contra Coparmex porque criticó su iniciativa en contra de quienes emiten facturas falsas para evadir el fisco.

Los empresarios no se oponen a castigar a tales delincuentes, sino a esta propuesta de ley que dejará sin garantías individuales a aquellos individuos que sean acusados por defraudación fiscal.

Somos un país complejo, diverso y con infinidad de corrientes de opinión que todas deben contar y ser tomadas en cuenta.

Pero el régimen actual no parece darse cuenta de ello y por el contrario utiliza el hostigamiento

verbal y social para imponer su agenda, sus opiniones.

En contraste un sector importante del empresariado ha comenzado a cerrar filas en torno a López Obrador buscando evidentemente su propio beneficio económico al cual también tienen derecho.

Este miércoles el magnate mexicano Carlos Slim anunció una inversión del grupo Carso que comanda por 100 mil millones de pesos durante el actual sexenio, principalmente en áreas de tecnología e infraestructura.

Mientras un amplio sector del empresariado critica los magnos proyectos del régimen, Slim declaró que buscará participar como contratista en la construcción del Tren Maya así como en otras obras de infraestructura a lo largo del sexenio.

Dijo además que existe una enorme liquidez en los mercados financieros nacionales e internacionales y calificó de tonto al empresario que no invierta porque alguien tomará su lugar.

Mientras las divisiones entre los sectores se agudizan, el Gobierno federal no ha podido contener la escalada de inseguridad ni tampoco ha logrado reactivar la economía.

¿Se acuerdan cuándo AMLO prometía crecer al 4 por ciento? Si bien nos va este año el país crecerá un 0.5 % mientras que en el 2020 los pronósticos serios hablan de 1.5 %.

Desde luego los números caerán todavía más si López Obrador persiste en su política de acoso contra quienes no comulgan con sus planes. ¿Será una estrategia perversa para culpar posteriormente al sector privada de la crisis del país como lo hizo José López Portillo?

Noticias, noticias…

Es positivo que Carlos Romero Deschamps, uno de los íconos de la corrupción en México, renuncie a la dirigencia del Sindicato de Trabajadores Petroleros. Lo malo es que su lugar lo tomó Manuel Limón Hernández, secretario del interior del sindicato y cuyo pasado no es nada limpio… En cuestión de escándalos políticos no cantan mal las rancheras los Estados Unidos en donde el presidente Donald Trump y los demócratas están peleados a muerte. La diferencia es que las bases de la economía no se tocan y por ello el vecino país mantiene su pujanza.

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