Fiel renovador de los modelos de la arquitectura armónica, el compositor mexicano, de origen español, Rodolfo Halffter, de quien este lunes se conmemora un aniversario más de su fallecimiento, continua vigente en los repertorios de los grandes ensambles de México.
Originario de Madrid, Halffter nació el 20 de octubre de 1900 en Madrid, España, bajo un seno familiar intelectual, el cual lo llevó a conocer a personajes de la cultura del momento como el musicólogo Adolfo Salazar y Rubén Darío, asiduos de las reuniones celebradas en su hogar.
Tanto Rodolfo como su hermano Ernesto, quien también trascendió como compositor, son considerados como virtuosos autodidactas; su primer contacto con la música tuvo lugar en su hogar, reseñan sus biógrafos en el portal de Internet biografiasyvidas.com.
Antes de los 10 años, Rodolfo Halffter ya recitaba a Goethe en alemán, y durante ese entonces se introdujo en la literatura clásica y su formación musical continuó a cargo del director Francisco Esbrí.
En 1920, el compositor descubrió el Tratado de armonía, de Arnold Schonberg, que modificó drásticamente su apreciación fundamental de la música, desde entonces lo consideró como uno de sus maestro junto con Claude Debussy y Manuel Falla, de quien además logró su asesoría.
Una de las mayores preocupaciones, aseguran sus biógrafos, fue comprender los alcances de la dodecafonía o música de 12 tonos.
Rodolfo Halffter junto con otros siete músicos fundó el Grupo de Madrid, también llamado “Generación del 27”, como consecuencia de la Guerra Civil Española (1936-1939), se autoexilió en México, país del cual se naturalizó en 1940.
Su contribución fue más allá de la música, pues junto con Anna Sokolov, alumna de Martha Graham, fundó en 1939, la compañía de danza La paloma azul, además, se unió al grupo de maestros de la Escuela Nocturna de Música y, posteriormente, al del Conservatorio Nacional.
El músico fue nombrado pronto director artístico de La paloma azul, que estrenó diversos ballets con partituras de compositores mexicanos o afincados en México en la época como Carlos Chávez, Carlos Blas Galindo y, por supuesto, de Halffter.
A partir de 1941, fue catedrático del Conservatorio Nacional de Música e invitado por instituciones españolas, donde impartió clases de composición musical en Granada y en los cursos Universitarios Internacionales de Música Española, en Santiago de Compostela.
Halffter recibió varias distinciones gracias a su enorme talento, entre ellos el nombramiento como miembro vitalicio de la Academia de Bellas Artes de México, el Premio Nacional de Música de España, y la "Gran Cruz del Mérito Civil".
Sus obras musicales más destacadas son: Concierto para violín y orquesta (1939-40); Primera Sonata para piano (1947); Once Bagatelas, para piano (1949), y Sonata Opus 20 para piano (1951). Mientras que de ballet sobresalen Don Lindo de Almería (1935), y La Madrugada del Panadero (1940).
Halffter escribió crítica musical en periódicos de circulación nacional y fue editor y miembro fundador de la revista Nuestra música, junto al maestro Carlos Chávez y otros músicos mexicanos.
La última obra que escribió fueron sus Apuntes para Piano (1985), una de cuyas piezas era un homenaje a Francis Poulenc. Rodolfo Halffter murió el 14 de octubre de 1987 en la Ciudad de México.
