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Medina Mora: ¿corrupto o enemigo?

Actitudes

JOSÉ SANTIAGO HEALY

A los mexicanos nunca se nos informa sobre los pormenores de casos gordos de corrupción a menos que se trate de gobernadores y funcionarios públicos de menor nivel.

Hasta el momento sabemos muy poco -por no decir que nada- sobre investigaciones actuales y del pasado de expresidentes, exsecretarios de Estado y de ministros de la Suprema Corte de Justicia.

Rosario Robles, extitular de Sedesol y Sedatu en el gobierno de Peña Nieto, es la primera funcionaria de alto nivel encarcelada en décadas.

A ella se le sigue un proceso por su presunta responsabilidad en la Estafa Maestra, maniobra en la que el Gobierno federal desvió más de 400 millones de dólares a través de empresas fantasma, once dependencias federales, ocho universidades y de por lo menos 50 servidores públicos.

Sin embargo, desde su reclusión en el penal de Santa Martha el pasado 13 de agosto, no se conocen más detalles sobre los delitos cometidos por la exfuncionaria lo que hace suponer que será cuestión de tiempo para que sea liberada y exonerada como ha ocurrido con otros políticos mexicanos.

El presidente López Obrador ha prometido en infinidad de ocasiones acabar con la corrupción en el país, pero para ello se requiere extirpar de raíz tan maligno cáncer lo que significa castigar a quienes hayan incurrido en este delito, especialmente a los peces gordos.

De otra manera los corruptos de siempre se reirán de AMLO. La corrupción está enquistada en el sistema político mexicano desde hace muchas décadas por no decir siglos.

La sorpresiva y misteriosa renuncia del ministro de la Suprema Corte de Justicia de la Nación, Eduardo Medina Mora, trae de nuevo a la palestra este grave fenómeno.

Por hechos recientes todos suponemos que este personaje cercano a Enrique Peña Nieto y a su grupo político, dimitió para dar paso a las investigaciones que realiza en su contra la Fiscalía Federal por varias transferencias bancarias que realizó al extranjero.

El pasado mes de junio el diario El Universal de la ciudad de México reveló que Medina Mora hizo doce transferencias bancarias a Estados Unidos y Gran Bretaña entre los años 2016 y 2018 por un total de 107 millones de pesos.

El entonces ministro desmintió tales hechos aclarando que sí realizó transferencias, pero por un total de 7 millones y 487 mil pesos, sumas consistentes con sus ingresos como servidor público.

Acusó además al medio de violar el secreto bancario y de manipular la información. Sin embargo, en base a un supuesto reporte del gobierno norteamericano, la Unidad de Inteligencia Financiera que encabeza Santiago Nieto, inició una investigación que semanas más tarde derivó en una denuncia contra Medina Mora ante la Fiscalía Federal.

Casi al mismo tiempo se revelaron algunos fallos polémicos del exministro donde supuestamente Medina Mora suspendió los bloqueos a cuentas bancarias con la intención de proteger a personajes del sexenio anterior. También se le acusa de haber protegido a Peña Nieto con un fallo a su favor en el caso de los desvíos de fondos hacia el PRI en Chihuahua.

Pese a todo lo anterior y cuando la ley permite a un ministro de la Suprema Corte de Justicia renunciar solo por causas graves, en México es hora que no conocemos los motivos reales de la polémica dimisión.

Sabemos que Medina Mora llegó al cargo por "dedazo" de Peña Nieto y que su perfil no era el más adecuado. Por lo mismo y por razones constitucionales, el Gobierno está obligado a informar sobre los detalles de la renuncia y de las investigaciones que se realizan sobre el ex ministro.

De lo contrario seguiremos en las mismas y todo quedará en familia, mejor dicho, en "la mafia del poder" que tantas veces censuró López Obrador.

JOSÉ JOSÉ NO SE OLVIDA

Muy emotiva y tumultuosa, aunque desorganizada, resultó la despedida y funeral del afamado cantante José Rómulo Sosa Ortiz, realizada ayer en la Ciudad de México. El homenaje en Bellas Artes y la Misa en la Basílica de Guadalupe reunió a centenares de amigos y colegas del interprete, además de sus familiares cercanos con excepción de su reciente esposa Sara Salazar y su hija Sarita… Muy criticada ha sido la decisión de dividir las cenizas del artista entre México y Miami debido a las diferencias familiares, esperamos que algún día no muy lejano todos sus restos sean depositados en un solo lugar para que José José descanse realmente en paz.

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