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Amnesia

Sin lugar a dudas

PATRICIO DE LA FUENTE
"Escribir esta historia se me ha convertido en una carrera perdida de antemano contra el tiempo y la desmemoria, que son dos hermanos gemelos de dedos largos que todo lo tocan".— Laura Restrepo

Compadezcámoslos, que alguien los ayude. Habitan en un mundo donde los recuerdos se difuminan, extraviada toda capacidad para recordar. Pasado, presente y futuro no existen, son sombras. Nuestra clase política, particularmente quienes participan en los más altos niveles de la Cuarta Transformación, sucumben ante un cuadro de amnesia selectiva. Es severo y da visos de encontrarse en una etapa incurable y progresiva.

El primero en hablar de amnesia, desmemoria y admitirlo valientemente ante su gran público fue José José, el Príncipe de la Canción. No importó porque fue muy querido y nosotros, al igual que Anel, siempre le perdonamos todo. De la mano de los compositores Dino Ramos y Chico Novarro, don José fue capaz de sugerir que cualquiera puede enfermar de desmemoria y olvidar los aspectos más trascendentes de la vida.

Si algo nos enseñó José José es que hay males que nos rebasan y ante los cuales poco o nada podemos hacer, indefensos como estamos frente a la tragedia y las vicisitudes "Usted me cuenta que nosotros dos fuimos amantes, y que llegamos juntos a vivir algo importante. Me temo que lo suyo es un error, yo estoy desde hace tiempo sin amor y el último que tuve fue un borrón en mi cuaderno".

Y sí, por desgracia José José no es el único al que le pasaron dichas cosas. Tomemos el caso de Manuel Bartlett, quien aquejado por un severo cuadro de amnesia, no recuerda a su pareja de tantos años, a Julia, y el hecho de que compartan no sólo las memorias y vivencias del amor otoñal, sino también el entramado de propiedades y negocios que los unen. Es tan severo el mal que padece don Manuel, que le fue imposible acordarse de la existencia de alrededor de 800 millones de pesos en propiedades y empresas y por ello, no pudo incluirlas en su declaración patrimonial y de intereses.

No creas, querido lector, que la omisión de Bartlett se debió a la malicia que dicen tiene. Fue, sencillamente, amnesia. A todos nos puede ocurrir. "Usted me cuenta que hasta le rogué que no se fuera, y que su adiós dejó a mi corazón sin primavera. Que anduve por ahí de bar en bar, llorando sin podérmela olvidar, gastándome la piel en recordar su juramento".

Lamentablemente, la amnesia poco tiene que ver con cuestiones de edad o sexo; embiste a hombres y mujeres por igual. A Yeidckol Polevnsky, presidenta nacional de Morena y quien también padece amnesia en grado severo, se le olvidó que el SAT (Sistema de Administración Tributaria) le había condonado 16 millones de pesos en impuestos. Por fortuna, el presidente Andrés Manuel López Obrador, quien da visos de tener buena memoria, se compadeció de su amiga y ya salió a decir que dicho regalo pudo haber sido un error del contador de Polevnsky. "Puede ser, es que se veía como algo normal. Hay despachos donde el propósito es cómo evadimos el pago de impuestos, cómo no cumplimos con nuestras obligaciones", dijo el presidente excusando a la morenista.

Con ello, el primer mandatario nos da cátedra de cómo tratar a un enfermo de amnesia. Debemos quererlos, apoyarlos y ayudarlos a recordar desde la compasión cuando olviden las cosas. Tal como lo hizo con Polevnsky, el presidente también salió al quite y defendió a Manuel Bartlett llamándolo un patriota al servicio de los intereses energéticos del país y de su amnesia nada mencionó. De tal suerte, no lo hizo sentir mal frente a un público cruel y despiadado que obliga a don Manuel -amnésico al grado de que con dificultad pronuncia un tímido "chu-chu-chu" que imita el paso de los trenes- a hacer lo imposible: recordar.

Y así, como en los casos aquí narrados, la amnesia aqueja a nuestra clase política nacional en su conjunto. Enfermo como estaba, pero el extraordinario, único e irrepetible José José vivió lo suficiente para advertir que la amnesia se extendía con la rapidez de un cáncer en el mundo de la política.

Son tiempos de amnesia. "Perdón, no la quisiera lastimar, tal vez lo que me cuenta sea verdad. Lamento contrariarla pero yo no la recuerdo".

Twitter @patoloquasto

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