(ESPECIAL)
Rusia y las potencias europeas, ansiosas de poner fin a un largo conflicto militar en el este del territorio ucraniano, acogieron con agrado un nuevo acuerdo entre Ucrania y los separatistas respaldados por Moscú, pero muchos ucranianos rechazaron el acuerdo electoral el miércoles por considerarlo una capitulación ante el Kremlin.
En el tratado firmado el martes, Ucrania, Rusia y los mediadores Alemania y Francia acordaron que se convocaría a una elección general en el este del territorio ucraniano, que está bajo control de los rebeldes y donde un conflicto de cinco años entre separatistas y tropas de Ucrania ha dejado más de 13.000 muertos.
El presidente ucraniano Volodymyr Zelenskiy elogió el acuerdo, considerándolo un gran paso hacia adelante para resolver el conflicto. La promesa de efectuar comicios fue vista como el último obstáculo para que Zelenskiy, el mandatario ruso Vladimir Putin y los gobernantes de Francia y Alemania pudieran fijar la fecha de una reunión para conversaciones de paz.
Sin embargo, otros políticos ucranianos plantearon su preocupación por el acuerdo, alegando que abre la puerta para que Moscú consolide su presencia en la región.
“Esta es una rendición ante Rusia”, comentó el expresidente ucraniano Petro Poroshenko, quien ahora es miembro del Parlamento, a los reporteros.
Poroshenko dijo que el acuerdo está “siguiendo el juego de Rusia” debido a que Ucrania se comprometió a efectuar unos comicios locales pero no recibió ninguna garantía de que retomaría el control sobre toda su frontera con los rusos.
Un acuerdo de paz de 2015, negociado por Francia y Alemania y firmado en Minsk, Bielorrusia, preveía que Ucrania recuperaría el control total de su frontera con Rusia sólo después de que las regiones rebeldes recibieran una autonomía amplia y eligieran líderes y legislaturas locales y regionales.
Ucrania y Occidente dijeron que la frontera ha servido como un canal para los soldados y armas de Rusia. La cláusula en el acuerdo de Minsk para que las regiones rebeldes tengan amplia autonomía fue recibida con críticas generalizadas en Ucrania, lo que de hecho frustró el acuerdo que Zelenskiy ahora busca reanimar.
El legislador Andriy Parubiy, expresidente del Parlamento, dijo que presionaría para que se realicen audiencias sobre el acuerdo de paz, acusando al nuevo gobierno de Zelenskiy de dejar fuera a la sociedad del proceso de toma de decisiones en un asunto de suma importancia.
