Comienza la cuenta atrás para el primer ministro israelí. (ARCHIVO)
Comienza la cuenta atrás para el primer ministro israelí, Benjamín Netanyahu, que ayer recibió el encargo de formar el próximo Gobierno en un escenario en el que será muy difícil desbloquear la situación y evitar unas terceras elecciones.
Según los analistas, las posibilidades de que lo logre son ínfimas. También podría serlo su interés en conseguirlo, con un reparto de escaños y un calendario para enfrentarse a los casos de corrupción que se le atribuyen que puede hacer que le resulte más positivo buscar una nueva cita en las urnas.
El hecho de que al día siguiente de los comicios del pasado 17 de septiembre Netanyahu se atase las manos, amarrando su destino al de sus socios tradicionales y dejando apenas lugar a un pacto de gobierno de unidad, hacen pensar que su deseo de tener éxito puede ser menor del que expresa.