Enfrentan madres de niños con autismo, falta de inclusión y acceso educativo encarecido en la región.
Carolina Cardona es mamá de Renata, una niña que tiene 5 años de edad y a quien le gusta dibujar.
Pese a su corta edad, Renata habla el idioma inglés, portugués y español, y ya sabe escribir.
La pequeña tiene diagnóstico de autismo.
Los obstáculos que enfrentan las madres de familia que tienen un hijo con autismo diariamente son muchas y se concentran principalmente en la falta de inclusión social, educativa y cultural.
Las puertas frecuentemente se les cierran para dar a sus hijos uno de los derechos universales, el de la educación, por lo que muchas de ellas deben gastar más de 10 mil pesos mensuales para que acepten a sus niños en una escuela privada, tener una maestra sombra e ir a las terapias.
Hace unos días se impartió una plática sobre los derechos humanos para niños que tienen esta condición de vida, en donde un buen número de madres acudió e instituciones que los atienden, sin embargo, no acudieron directivos de escuelas o maestros, quienes desconocen las condiciones del autismo y ante la ignorancia rechazan sin conocer la capacidad de cada niño o bien sus limitaciones. Carolina relató que un niño con autismo no tiene una rutina diaria igual a la anterior, ya que dijo hay factores que detonan su comportamiento, como sociales y ambientales que provocan sus reacciones.
Explicó que pocos saben que un pequeño con condición de autismo no puede expresarse verbalmente, sino a través de gritos, golpes, chillidos o bien están callados y/o golpeándose. La mamá de Renata dijo que la concientización debe empezar primero por los padres y deben estar abiertos para llegar a sus círculos cercanos.
10 MIL PESOS
Es el gasto promedio que invierten para tener acceso a educación y a terapias.
Destaca
Algo característico de Renata, dijo su mamá, son las habilidades que tiene para el arte. A decir de Carolina, "ella dibuja bien y plasma todo lo que ve en la tele o en el día a día".
