Córdova refirió que existe viabilidad de una reforma electoral, siempre y cuando no haya retroceso.
El consejero presidente del INE, Lorenzo Córdova, aseguró que si no hay reforma electoral, "no pasa nada, podemos las autoridades electorales ir a las complejísimas elecciones 2021 con las reglas hoy vigentes que han sido probadas y sirven para recrear la pluralidad política del país en paz, una conquista que coloca al sistema electoral mexicano en paz".
Al dictar la conferencia "Balance del sistema nacional de elecciones", Lorenzo Córdova refirió que existe viabilidad y pertinencia de una reforma electoral, siempre y cuando no haya retroceso alguno en cuatro pilares del sistema que se ha construido a lo largo de cuatro décadas.
"Una reforma no debe retroceder ni un milímetro sobre las columnas vertebrales del sistema: la autonomía de las autoridades electorales, los procedimientos que dan certeza a las elecciones, las reglas de equidad en las condiciones de la competencia y la posibilidad de mantener la representación de la pluralidad política", dijo.
Enfatizó que nadie está en contra de la austeridad, las leyes que rigen el sistema electoral son perfectibles, pero cualquier cambio debe tener en la mira hacer más eciente el modelo, incrementar los derechos de las y los ciudadanos, así como contar con el consenso de todas las fuerzas políticas.
Acompañado por la presidenta de la Sociedad Mexicana de Estudios Electorales (SOMEE), Angélica Cazarín Martínez, mencionó que la renovación pacíca del poder lograda después de las pasadas elecciones de 2018, "no es resultado de un evento fortuito, de una mera casualidad, sino de una larga y compleja evolución de la sociedad mexicana y de su sistema político a lo largo de cuatro décadas que permite que el voto libre hoy sea una realidad".
A lo largo de ocho reformas electorales, narró, se construyó un Padrón Electoral confiable, un sistema basado en la equidad, un modelo de comunicación política con acceso gratuito de los partidos y candidatos a tiempos en radio y televisión, así como la estandarización de las reglas con que se organizan los procesos electorales locales y federales.
Lo que hemos logrado concretar a lo largo de estas cuatro etapas es un sistema electoral robusto y capaz de volver viables ordenamientos normativos procesalmente complejos, los cuales han podido instrumentarse.
Refrendó que una prueba de la viabilidad del sistema electoral es la posibilidad de que existan alternancias, si así lo define la ciudadanía con su voto.
