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CPTPP: Las nuevas posibilidades

JUAN ROBERTO REYES SOLIS

De acuerdo con el Fondo Monetario Internacional (FMI), la región Asia-Pacífico ha experimentado el mayor crecimiento económico global en los últimos años (5.6% en 2017 y 5.5% en 2018).

A lo largo de 2019 y a pesar del menor dinamismo económico mundial, dicha región representa una oportunidad para las empresas y el desarrollo de nuevos proyectos. Ahí se concentran economías que cuentan con altos niveles de ingreso, así como compañías con posibilidades de encontrar proveedores, realizar negocios o encabezar nuevas experiencias de mercado.

Entre las diversas formas de participación institucional, la del Acuerdo Integral y Progresista de Asociación Transpacífico (mejor conocido como CPTPP) es un medio ideal que abre las puertas a nuevas posibilidades. El acuerdo, que reúne a economías que participan con 13.5% del PIB mundial y un mercado de 500 millones de consumidores está centrado en políticas de libre comercio (reducción de 95% de aranceles), y tiene ventajas y factores de innovación que permitirán a sus participantes obtener importantes beneficios a través de diferentes disposiciones.

El acuerdo originado como de Asociación Transpacífico (TPP) y con una historia de gran participación entre diversos países, tuvo a Estados Unidos como uno de sus eventuales fundadores. Desafortunadamente el vecino país se retiró. No obstante, 11 Estados han proseguido con los trabajos para su encauzamiento favorable.

Chile, Australia, Brunéi, Canadá, Japón, Malasia, Nueva Zelanda, Perú, Singapur y Vietnam comparten con México grandes expectativas en este tratado. Los aspectos considerados en este vanguardista convenio incluyen la economía digital, cooperación económica, medio ambiente, estándares laborales, apoyo a las pequeñas y medianas empresas (pymes), entre otros.

Así las cosas, el CPTPP es hoy una oportunidad excepcional por razones geoestratégicas y geoeconómicas. En el primer caso, el actual escenario económico multilateral, afectado por la guerra arancelaria entre Estados Unidos y China, así como la disminución en el ritmo de crecimiento de la economía global, sugiere la búsqueda de opciones para impulsar el intercambio de bienes y servicios, así como flujos de capital en regiones más seguras y garantes de rentabilidad.

En el segundo, la zona, además de estar en una esfera de prosperidad económica, mantiene en la actualidad excelentes condiciones de estabilidad sociopolítica, útil para el entorno de negocios. Por razones como las anteriores y otras más, el CPTPP tiene un perfil muy prometedor para el próximo decenio.

Y para detonar aún más su potencial, es pertinente considerar la participación de otros actores regionales que podrían contribuir en el crecimiento y desarrollo colectivo. Indonesia, Corea del Sur, Taiwán y Tailandia ya han manifestado su interés por incorporarse a dicho acuerdo.

A manera ilustrativa, la eventual participación de Taiwán en el CPTPP podría llevar todas las expectativas a nuevos horizontes. En diversos indicadores resaltan aspectos muy favorables que los miembros del acuerdo podrían tener a su disposición. La Conferencia de Naciones Unidas para el Comercio y Desarrollo refiere que Taiwán fue en 2017 el séptimo mayor inversionista en Asia-Pacífico.

Por otro lado, y favoreciendo el atractivo entorno económico, en 2018 Taiwán ha sido rankeado en la posición 15 del Banco Mundial para realizar negocios. De igual forma, destaca como la décimo séptima economía más competitiva del IMD (Institute for Management Development en Suiza) y el décimo noveno mayor participante comercial de la Organización Mundial del Comercio (OMC).

Con estas y otras consideraciones, países como México encuentran un entorno muy favorable para fortalecer su crecimiento. Se ha estimado que las oportunidades potenciales podrían impulsar el PIB de nuestro país 1.5% en los próximos años, siempre y cuando las estrategias de diversificación sean capitalizadas por los agentes económicos de ambas partes.

En la inteligencia de mercados, Taiwán, como el décimo primer socio comercial de México (2018) abriría mayores oportunidades para productos agrícolas, ganaderos e industriales compartiendo experiencia productiva, inversiones, cooperación bilateral, proveeduría para sectores estratégicos, y así en lo sucesivo.

Asimismo, nuestro país podría profundizar el intercambio de automóviles, electrodomésticos, teléfonos, circuitos integrados, productos pesqueros y otros más, como el aguacate, uvas, limones, carne, etcétera.

Crear empleos, fomentar las alianzas empresariales e impulsar iniciativas de amplio beneficio están puestas en el CPTPP. Sólo hay que aprovecharlo y desarrollar oportunidades como lo podrían hacer nuevos participantes en el acuerdo, como Taiwán.

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