Homenaje. El Munal comenzó con la exhibición el año pasado, a causa del centenario luctuoso del artista. (EL SIGLO DE TORREÓN, ERNESTO RAMÍREZ)
En alianza con el Museo Nacional de Arte (MUNAL) y el Instituto Nacional de Bellas Artes y Literatura (INBAL), el Museo Arocena ha conseguido traer a La Laguna una muestra del artista Saturnino Herrán, junto a otras piezas de modernistas. La exposición ofrece al público una importante gama de los géneros artísticos por los que anduvo el artista.
Saturnino Herrán nació en la ciudad de Aguascalientes en 1887. Fue hijo de José Herrán y Bolado, el propietario del teatro Morelos y de una librería en el centro de la ciudad hidrocálida.
En Aguascalientes se preparó con José Tovilla y luego migró a la capital del país.
Ya en Ciudad de México, a principios del siglo XX inicia su producción artística en la Academia de San Carlos. Allí, con apenas 16 años, se adentró al mundo del arte de la mano de Antonio Fabrés y tuvo de compañeros a otros artistas de renombre como Diego Rivera o Francisco de la Torre.
Según el historiador Víctor Rodríguez Rangel, curador de la muestra, Herrán comenzó a experimentar con la influencia simbolista, el realismo social y el modernismo proveniente de Europa. Después, se concentró en crear una iconografía de la mexicanidad. Para ello empleó imágenes precolombinas y la hispanidad que había sido rechazada en el siglo XIX.
En 1918, Herrán falleció a la temprana edad de 31 años, a causa de una complicación tras operarse por una úlcera. No obstante, sus 14 años de producción artística bastaron para confirmar su leyenda.
El 8 de diciembre de 1988, a pocos días de llegar a la presidencia Carlos Salinas de Gortari, Saturnino Herrán recibió el decreto de Artista Patrimonial, grado que ostenta junto a otros artistas como José María Velasco, Diego Rivera, José Clemente Orozco, Gerardo Murillo "Dr Atl", David Alfaro Siqueiros, Frida Khalo, Remedios Varo y María Izquierdo.
LA MUESTRA
"Saturnino Herrán y otros modernistas", como se ha bautizado a la exhibición que yace en las salas del edificio Russek (al interior del Museo Arocena), adentra al público hacia la vida artística del pintor.
Lo primero que encuentra el espectador es una gran fotografía donde Saturnino Herrán es acompañado por Antonio Fabrés y por sus compañeros de la Academia de San Carlos.
Al entrar se exhiben las primeras piezas del artista; dibujos, bosquejos, autoretratos donde el Saturnino adolescente comenzaba a explorar estilos. También existe una representación que realizó sobre una imagen precolombina, cuando solía visitar Teotihuacán en busca de la estética de un pasado.
Otras piezas de Herrán destacables son Guerraro (1917) y Nuestros dioses antiguos (1916).
La muestra incluye obras de contemporáneos de Saturnino Herrán como Diego Rivera, Joaquín Clausel. Juan Téllez y Ángel Zárraga.
LA OFRENDA
Sin duda, la pieza más significativa de la muestra es La Ofrenda. Una obra que condensa diferentes ideas y pensamientos que fluían en la mente de Saturnino.
La Ofrenda data de 1913, una época complicada tras el golpe de estado de Victoriano Huerta y el asesinato de Francisco I. Madero. Un tiempo en que el ejército zapatista había llegado a las afueras de Ciudad de México donde vivían pueblos indígenas.
La Ofrenda representa a una familia indígena de Xochimilco que navega en una trajinera sobre el lago y se dirige a dejar una ofrenda por el día de muertos.
Herrán empleó en ella las distintas etapas de la vida: aparece un bebé, una niña, un joven, dos adultos, un anciano y las flores de cempasúchil que refieren a la muerte.
Es una peregrinación. Los personajes están colocados sobre una diagonal y se sabe que se dirigen al sur porque Herrán también colocó al Cerro de la Estrella.
La exposición sobre las obras de Saturnino Herrán se inauguró el día de ayer a las 19:00 horas.
