La tecnología, y los aprendizajes, ha sido fundamental para acarrear cambios sociales y económicos, y por ende políticos y legales, en el mundo. Los avances científicos cada vez son más rápidos y frecuentes, de tal manera que, en los otros sentidos, economía y sociedad, también han ocurrido con mayor rapidez.
Para el 2030 se espera que las modificaciones que hoy se viven, profundicen en cinco vertientes particulares, comandados por la tecnología que, de alguna forma, influye en los otros cuatro: el poder económico, la conformación de la población, la relación con el medio ambiente y los valores.
Se espera que la economía más fuerte sea la china, prácticamente duplicando el poder que tendrá Estados Unidos. Con ello, también habrá un reordenamiento en ese sentido, no obstante que hoy ambas economías enfrentan diferencias importantes. Sin embargo, también se podrá observar economías emergentes que hasta ahora no han sido sobresalientes, como las de países africanos y otros tantos asiáticos, vecinos de China.
La hiperconectividad que hoy se vive agiliza, además de la comunicación interpersonal, transacciones de tipo económico, de tal suerte que se encuentran otras formas de satisfacer a los clientes, acortando tiempos de espera.
Los cambios poblacionales serán otro factor decisivo para un nuevo orden en los mercados. La población que se envejece, así como la conformación de poblaciones más mezcladas debido a la migración; la gran mayoría de las personas vivirán en zonas urbanas y con ello habrá modificaciones en el consumo; los matrimonios se pospondrán, así como las familias tenderán a ser mucho muy pequeñas, lo que conducirá a la búsqueda de productos de consumo de mayor calidad y no por cantidad.
La devastadora consecuencia en el medio ambiente provocará que se privilegien productos que sean más amigables con la naturaleza, así como hoy se comienza a notar la preocupación por empaques reutilizables o reciclables, tomará fuerza algo que ya se denomina como economía circular, en relación a los empaques, por ejemplo.
Finalmente, el cambio en los valores será todavía más evidente. La generación Z prefiere perseguir lo que le apasiona en lugar de una seguridad financiera. La generación que les antecede ya busca, como adultos, vivir experiencias en lugar de poseer. Los nuevos jóvenes irán más allá al no esperar contar con estabilidad económica si eso le significa renunciar a lo que le llame por vocación y pasión.
Las empresas tendrán que poner mayor énfasis en la responsabilidad social y buscar soluciones a problemas sociales. Los factores de selección de empleados y empleadores estarán basados en, más allá de las prestaciones económicas, políticas de responsabilidad social empresarial, así como el hecho de sentirse importantes para la empresa, como factor humano; así, asuntos como la equidad de género, de ingresos, racial y transparencia formarán parte importante en este proceso de selección.
Estos cinco factores no generan los cambios per se, pero marcan la pauta de lo que podrá venir. Siempre los cambios en la población acarrearán modificaciones en el comportamiento de los consumidores, hoy, en ese sentido, el principal cambio es el envejecimiento de la población, y con ello, sobre vendrán nuevos comportamientos hacia y en el consumidor.
