DICHOS DE SOR JUANA

QUIEN NACIÓ ENTRE LAURELES MAL PUEDE TEMER LOS RAYOS

De primera intención puede percibirse el sentido del dicho de Sor Juana que encabeza este texto; su transparencia metafórica al instante de la lectura lleva a comprender que la Décima Musa quiso significar la realidad de que quien vio la primera luz en una familia pudiente no debería sentir temor de llegar a pasar una mala vida. Por supuesto que el sentido puede trasladarse a muy diversas circunstancias, no sirve sólo para las económicas. Se puede usar en todas las realidades que el ingenio de los hablantes pueda imaginar.

De cualquier manera conviene hurgar en la causa de la relación entre laureles y rayos. Esta correlación se debe a que en siglos pasados se creía que el laurel era un árbol o arbusto al que no tocaban los relámpagos. Es decir, un rayo podría herir, matar o destruir todo aquello que lo recibiera, menos el laurel. De ese modo la relación laurel-rayo entró en la literatura. Y con seguridad la leyenda se remonta muchos siglos aunque ahora sólo podemos mencionar que uno de los grandísimos hombres del Renacimiento, Francesco Petrarca, en su poesía la usa como recurso literario varias veces.

Volviendo a lo que se dice en el primer párrafo acerca de la aplicación diversa del dicho, valga un ejemplo: en la escuela, un alumno que se ha destacado por inteligente y que así es reconocido por sus condiscípulos podría escuchar de ellos que "quien nació entre laureles / mal puede temer los rayos", cuando se acercara la época de exámenes y él hubiera manifestado algún temor. Así que el dicho es de alcance universal. Siempre al bien habilitado, al bien dotado, ante una inminencia que lo intimide se le puede recitar: como dice Sor Juana: "quien nació entre laureles / mal puede temer los rayos".