Columnas la Laguna

NORMATIVIDAD AGROPECUARIA

AGROECOLOGÍA

DR. AGUSTÍN CABRAL MARTELL

Podemos definir agroecología como la ciencia que busca la aplicación de conceptos y principios ecológicos en los agroecosistemas para lograr una doble sostenibilidad. Tanto a nivel del cultivo como de las sociedades locales que lo producen.

Stephen Gliessman y Miguel Altieri son dos de los científicos que más aportaciones han hecho al enfoque, muy rico en aportaciones teóricas, pero es a pie de campo donde se ponen en práctica sus propuestas.

Básicamente, los agrosistemas son sistemas agroalimentarios sostenibles que se basan en principios como el reciclaje de nutrientes, la diversidad, las sinergias o la integración. Es decir, el tratamiento del espacio de cultivo como un lugar vivo, que tiene valor como fin en sí mismo.

El utilitarismo de la agricultura convencional se sustituye por una visión más respetuosa con el entorno, que implica un uso óptimo del agua, la elección de las variedades idóneas según el territorio, la preservación de la biodiversidad, el uso de pesticidas y abonos verdes...

Se trabaja para el logro de sistemas agroforestales y silvopastoriles viables, se realiza la rotación de cultivos, entre otros métodos de preservación de la calidad del suelo. En definitiva, estas prácticas agroecológicas buscan regenerar el entorno sin atentar contra él. Como consecuencia de ello, se minimiza el impacto ambiental y la toxicidad de los alimentos.

La agroecología y la agricultura ecológica son lo mismo, ya lo avanzamos, es negativa. Tengamos en cuenta que el fin de la agroecología es lograr su meta. Es decir, conseguir que los resultados sean lo más respetuosos con la naturaleza posible sin renunciar a una productividad que acabe con le problema de la inseguridad alimentaria.

Fieles a esta filosofía, la implementación de la agroecología puede recurrir a todo aquello que sea necesario. Ello incluye, lógicamente, muchas de las prácticas de la agricultura ecológica, la permacultura o la biodinámica, pongamos por caso. Igualmente, si la agricultura convencional tiene algún tipo de respuesta que resulte interesante, no tiene por qué no ser contemplada.

Las prácticas pueden obedecer en un inicio a grandes principios de la agroecología, y de hecho deben hacerlo. Pero luego será necesario reformular todo lo necesario para mejorar los resultados. Uno de sus principales teóricos, M. Griffon, llama "bioinspiración" a este tipo de ajustes.

Así pues, el concepto de agroecología es muy flexible. Existen numerosos enfoques y definiciones, por lo que solo encontraremos consenso con una definición muy amplia.

La definición de la Organización para la Cooperación y el Desarrollo Económicos (OCDE) podría sernos útil por su generalidad. Según ésta, la agroecología es "el estudio de la relación de los cultivos agrícolas y el medio ambiente".

Cuál es la importancia de la agroecología

Considerando que, entre otros, la agroecología se basa en los principios de la sostenibilidad y la equidad, es fácil intuir que estos no se circunscriben solo a la producción de alimentos. En realidad, así es, esta forma de cultivar alimentos es también una apuesta solidaria con los seres humanos y con el planeta.

Si bien es cierto que la agroecología ha surgido como una ciencia con vocación agraria, del mismo modo puede afirmarse que se trata de un movimiento social. En este sentido, se busca poner en marcha una serie de procesos sociales capaces de crear sinergias positivas que logren el desarrollo humano a partir del fortalecimiento de la economía local.

Bien pensado, es lógico que así sea. Su coherencia y visión global va más allá de la tierra. por otra parte, no cabe duda de que tanto la producción agrícola como la forma en la que se trata el entorno determinan las formas de vida, especialmente en las economías de subsistencia.

A fin de cuentas, los bienes naturales, materiales, sociales y humanos son un todo interdependiente cuando se trata de tomar decisiones en uno u otro sentido. Es por ello que la agroecología como ciencia puede abarcar un sinfín de enfoques teóricos y prácticos relacionados con los distintos órdenes de la vida.

¿Es la agroecología el futuro de la agricultura?

La agricultura del futuro debe hacer frente a difíciles desafíos: reducir la emisión de gases de efecto invernadero, la polución que afecta a la biodiversidad (en especial los polinizadores) y la toxicidad que los pesticidas químicos suponen para el ser humano.

Además, es clave maximizar la productividad o, al menos, no ser menor que la que actualmente se consigue con la agricultura convencional. Otros grandes retos se refieren al uso de recursos como el agua y el suelo.

¿Qué puede aportar al respecto la agroecología? Según el famoso informe sobre el derecho a la alimentación de Olivier De Schutter, la reinvención de la agricultura es la única salida contra la crisis alimentaria.

Scutter, Relator Especial de la ONU sobre el derecho a la alimentación, es necesario un cambio de paradigma, orientado hacia la agroecología. El informe la promueve como forma de acabar con el hambre en las áreas más pobres.

Su productividad y sostenibilidad lo hacen posible. De hecho, la agricultura del futuro debe ser tanto sostenible como lo bastante productiva para mantener a la creciente población humana. Por lo pronto, son muchos los expertos que consideran que la agricultura familiar basada en los principios de la agroecología puede alimentar al mundo.

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