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Las palabras tienen la palabra

ES UNA PARTE IMPORTANTE DE SU VIDA

COLUMNA PÓSTUMA DE JUAN RECAREDO

No era un deporte que tuviera tantos aficionados, al menos en mi ciudad natal. Pero de repente, a mi querido Monterrey, un buen día llegó el futbol a la ciudad y avasalló. Bueno, ya existía, pero en las últimas décadas ha cobrado una inusitada popularidad. ¿Por qué habrá sido? Hay una serie de factores que sería complicado analizar aquí, pero creo que mucho tuvo qué ver la mano experta de los mercadólogos que fueron creando una gran estrategia de publicidad. Por supuesto que con el futbol es posible hacerlo porque es un juego más dinámico que digamos, el beisbol… El hecho es que ahora en Monterrey se vive la fiebre del futbol con una gran pasión, como sucede en muchas otras ciudades de México y del mundo, pero en realidad para muchos regios, el futbol, más que una afición, es un estilo de vida, ¡así de ese tamaño!

Antes que otra cosa suceda, debemos hacer la aclaración de que la palabra futbol en nuestro país se usa acentuada así, como palabra aguda, mientras que en muchas otras plazas se usa como palabra grave: fútbol. Las dos formas se consideran correctas.

En mi ciudad, existe una "cordial" rivalidad entre los dos equipos de futbol de la localidad, que se manifiesta llenando los estadios cada semana con aficionados que en el transcurso del juego apoyan con porras, cánticos, banderas y todo lo que pueden, al equipo de sus amores.

En cada partido, puede verse a familias completas, incluyendo a los niños más pequeños, que acuden al estadio a "vivir intensamente" el desarrollo del juego, a lucir con mucho orgullo la camiseta de su equipo, a abuchear a los adversarios y a protestar ardorosamente las decisiones del árbitro cuando no les favorece.

Hay situaciones curiosas, como el caso en que el señor de la casa es "rayado" mientras que la esposa es "tigre", así que las discusiones no se limitan al ambiente del estadio, sino que persisten en la casa con el apoyo de los hijos que también pueden ser unos tigres y otros rayados.

Muchos de estos aficionados son capaces de hacer cualquier cosa para tener la camiseta que identifica a su equipo y si se puede también conseguir banderas, sombreros, bufandas y mil accesorios más que les identifique con su equipo.

Sé que es difícil de creer, pero incluso en las casas funerales hay ataúdes decorados con motivos de tigres o rayados, para que si un fan se despide de este mundo, sea depositado en la Madre Tierra con aquellos símbolos y colores que le dieron tanto aliento a su vida.

¿Qué tan bueno o malo es ser aficionado de "hueso colorado" al futbol? Esa opinión se la dejo a usted, y si me la quiere compartir, yo lo apreciaré mucho.

Soy don Juan Recaredo… compártame sus dudas y comentarios: [email protected]. Twitter: @donjuanrecaredo.

ME PREGUNTA:

Lety García: ¿Cómo es correcto decir: yo licuo o yo licúo?

LE RESPONDO:

Lo correcto es "Yo licuo", pero por ser costumbre muy arraigada, se acepta también "Yo licúo".

LAS PALABRAS TIENEN LA PALABRA:

La guerra es el fruto de la debilidad y necedad de los pueblos.

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