CONTROVERSIAS EN EL NAZAS
Hablando de regatas, un evento deportivo anual que ya es famoso en todo México y en el extranjero, surgieron las primeras especulaciones alrededor del proyecto gobiernista Coahuila- Durango para entubar las aguas de la presa Francisco Zarco en su trayecto a la zona metropolitana y la gente amante de ese deporte se pregunta: ¿por dónde se deslizarán las lanchas en competencia? ¿Una detrás de otra por el nuevo acueducto? ¿Por los carriles laterales del gran tubo y lo que quedaría de las márgenes del Nazas? ¿Serían los ganadores los remeros que lleven más lejos, sobre sus hombros, las canoas a su cargo? ¿O cada embarcación será adaptada a otro tipo de recorridos simulando las turbulencias propias del río Nazas?
Estas ocurrencias causan risa pero a la vez dejan dudas sobre el tamaño, características y funciones del acueducto y lo principal en este caso: si afectaría o no el lecho del río y al imponente Cañón de Fernández.
Un especialista en materia de biodiversidad, confirmó que el proyecto es un atentado contra el medio ambiente, un ecocidio que significa destrucción ambiental y daños irreversibles a la naturaleza. "El acueducto rompería el ciclo hidrológico de los huehuetes de mil trescientos años de edad, de los sauces llorones, eucaliptos fresnos y álamos y acabaría con la exuberante vegetación aguas debajo de la presa Francisco Zarco, contingencias que son inadmisibles desde cualquier punto de vista.
Por su parte, el ambientalista y doctor en ciencias Francisco Valdés Perez Gasga calificó como una sandez el referido plan. "El acueducto es francamente delirante ya que atentaría contra un sitio de una riqueza natural inenarrable. Hacer un acueducto significaría la sentencia de muerte del Cañón de Fernández, un humedal con reconocimiento mundial. No lo permitamos", exhortó en su columna del domingo 28 de julio.
Por su parte ciudadanos apasionados con el tema, recurrieron a datos publicados en la columna Rumores, de Gustavo Flores, a fin de señalar que la obra es una de las soluciones para resolver el problema de abasto de agua potable en la comunidad lagunera. Además, aclararon, con base en esos mismos datos, que el proyecto contempla sólo el 10% para traer el agua de la presa, estimado en 120 millones de agua al año, respecto de los mil 150 millones que se extraen del subsuelo en los 2 mil 500 pozos oficiales, pero se estima que en realidad hay más de 4 mil 500."No se trata de un ecocidio, porque no es un acueducto como los de antaño, sino solo uno de diámetro reducido que no iría a cielo abierto".
"La realidad -admitieron- es que se desconoce en qué consiste el proyecto y por eso se emiten opiniones seudo científicas, versiones faltas de seriedad y comentarios unos muy alarmistas, otros moderados y varios más realistas. Por eso se dice que el costo puede ser de 10 mil millones de pesos pero hay estimaciones por 3 mil millones. No habrá afectaciones si el proyecto es por tubería y cualquiera que sea la inversión "lo más importante es resolver el problema del agua en la Laguna, particularmente el del arsénico en el agua que tomamos".
Refiriéndose a los dos problemas, el doctor Valdés Pérez Gasga, además de insistir en que el acueducto significaría la sentencia de muerte del Cañón de Fernández, dijo que hay que parar la sobreexplotación y no tratar el agua con fines mercantilistas, pero su postura sobre el acueducto, en su calidad de ambientalista preocupado por la conservación y cuidado del medio ambiente, es firme: "No lo permitamos", dijo en un tácito llamado a la sociedad lagunera para defender el sistema hidrológico presuntamente amenazado por construcciones intrusas.
