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Un cervecita, Marín

No hagas cosas buenas...

ENRIQUE IRAZOQUI

Hace apenas unos días se dio a conocer un video captado con un teléfono celular en el que claramente se observa a un despachador de cerveza utilizando una cubeta para rellenar vasos en los cuales se entrega la bebida a los parroquianos, durante la celebración del juego de la jornada dos de la primera división del futbol mexicano en el estadio Corona de Torreón.

La tina colocada a nivel de piso y detrás de su mostrador la convierte en invisible a la vista de quien se acerque por el lado natural del cliente a solicitar cerveza. El módulo donde es captado el video cuenta con sus llaves adecuadas para que en la barra se despache la espirituosa bebida de manera natural.

Esa manera de dispensar a través de lo que se conoce como cerveza de barril evidentemente hace más lento el proceso, y en un atiborrado estadio con muchos clientes potenciales, es natural que se alargue el tiempo de espera.

Dadas estas condiciones, el señor captado sirviendo directamente desde la tina oculta evidentemente lo hizo escondiendo la acción por un lado para agilizar la entrega y, especulando, tal vez obteniendo mayores ganancias si a la hora de que se haga el corte de venta, el dinero conseguido sea cotejado con el volumen entregado.

Como quiera que sea, es claro que el hecho lo realizó el despachador con conocimiento de causa, y por fortuna fue descubierto por aquella persona que lo filmó, que al compartir las imágenes generó una noticia de impacto nacional debido a lo trascendente que resulta todo lo que tenga que ver con Santos Laguna y en general con el futbol profesional de la máxima categoría.

Naturalmente se suscitaron reacciones de la comunidad cibernauta, que reprobaron con toda razón el hecho. Como es costumbre, el anonimato de este tipo de comunicación permite que los sentimientos, incluso los más bajos, puedan expresarse libremente bajo la condición de que no hay que dar la cara, por eso es explicable que algunos hayan señalado a la institución santista como la responsable absoluta de este lamentable suceso del sucio señor sirviendo la cerveza con la tina.

En este mismo contexto de las acciones generadas por el tema, las autoridades de la Secretaría de Salud de Coahuila clausuraron una estación despachadora el martes pasado, cuando el equipo local se enfrentó a los Correcaminos de la Universidad Autónoma de Tamaulipas, que se celebró como parte del calendario del Torneo de Copa.

El alcalde Jorge Zermeño, al ser abordado sobre este tema, desmarcó al Club Santos Laguna de la responsabilidad sobre el hecho sucedido, señalando que la institución albiverde se ha distinguido por hacer las cosas. Eso le provocó, como era de esperarse, críticas y calumnias anónimas en las redes sociales.

Más allá de este lamentable incidente, del cual es difícil que trascienda más allá debido a que hasta ahora no se tiene conocimiento de alguna denuncia formal, vale la pena rescatar el ambiente mayormente de alegría y esparcimiento que miles de laguneros disfrutan en los espectáculos deportivos profesionales en toda la comarca.

Beber una cerveza fría con unas semillas es una tradición que por décadas se ha disfrutado en estas calurosas tierras, ya sea en una función de lucha libre en cualquiera de las arenas de la región, o una corrida de toros (en Durango solamente ahora, debido a la prohibición en Coahuila), en el beisbol o por supuesto en el Territorio Santos Modelo.

El ambiente de convivencia y hasta socarronería (esto último particularmente en la lucha libre) ayuda a darnos identidad como laguneros; personajes memorables como José Soto Mirando, mejor conocido como Marín, quien por más de seis décadas ha trabajado como vendedor de cheve, o la legendaria Güera Semillera, que tanto aportaba al ambiente mientras vendía su sabroso producto.

Lo deseable es que sancionen al señor tramposo que fue sorprendido sirviendo desde la tina, que Santos Laguna apriete a la empresa a la que ellos le han concesionado el servicio de bebidas y alimentos dentro del estadio, pero que finalmente se conserve como debe ser la oportunidad de, para quienes así lo desean, poderse beber una fría cerveza en los recintos tradicionales. Si la cerveza es despachada por Marín, qué mejor.

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