El comedor de los Juegos Panamericanos está preparado para suministrar 50 mil raciones de comida al día.
Para que un atleta rinda al máximo en competencia, la alimentación es un factor clave. Los peruanos son internacionalmente famosos por halagar los paladares de los visitantes con su comida.
Así que la convergencia de miles de deportistas en Lima para los Juegos Panamericanos tenía que derivar en una experiencia de alimentación que sería digna de un récord. Los organizadores de los Juegos Panamericanos no escatimaron recursos para proveer un monumental comedor con capacidad para suministrar 50,000 raciones de comida por día.
La instalación, localizada a unos 20 metros de las siete torres que componen la Villa Panamericana, tiene una longitud equivalente a un campo y medio de futbol y tan sólo su cocina abarca la superficie de nueve canchas de basquetbol.
"El país aceptó el reto y ha hecho un logro gigante al armar este comedor. Para lograr que funcione bien nos tomó un año armarlo", dijo Edgardo Oliva, director de segmento de servicios corporativos de Sodexo, una compañía que también fue la encargada de administrar los comedores de los Juegos Olímpicos de Londres 2012 y de los Panamericanos de Toronto 2015.
De acuerdo con Oliva, el comedor cuenta con una cocina tecnificada de última generación.
"Nuestra cocina tecnificada permite un flujo directo del proceso de preparación de alimentos, menor generación de residuos sólidos, menor consumo de recursos, mayor variedad de platos, uniformidad de cocción, mejor disponibilidad de atención y una producción saludable y segura", agregó el dirigente. "Obviamente no esperamos alcanzar las 50.000 raciones en un sólo día pero podríamos hacerlo de ser necesario, tenemos una expectativa promedio de 24,000 raciones".
Para atender a la multitud de deportistas, los organizadores contrataron a 600 personas que laboran en el comedor. De estos trabajadores, 50 son los cocineros.
"La cantidad de kilos de arroz que usaremos equivale al peso de todo el personal que trabaja aquí", dijo Oliva. "Tenemos datos impresionantes, por ejemplo, la cantidad de queso mozzarella que se consumirá es equivalente al peso de cuatro Volkswagen escarabajo, si colocamos espaguetis juntos, en línea uno con el otro, abarca la misma distancia de Lima a Machu Picchu ida y vuelta" (un total cercano a los 1,000 kilómetros).
Esas masivas cantidades de comida requieren también muchos recipientes para servirla. Los organizadores utilizarán 1,595 millones de vasos desechables y 1,59 millones de tazones de material reciclable, así como de platos de biodegradables.
En Lima 2019 se estima que unos 9,000 atletas competirán en 39 deportes y por eso el comedor se convierte en una pieza clave del engranaje de la justa. Debido a las diversas necesidades de cada atleta, el comedor opera desde las 5 de la mañana hasta las 3 del día siguiente.
"Tenemos seis turnos para servir. Primero es el desayuno, luego un intervalo, luego el almuerzo, luego un intervalo y luego la cena, y después nos mantenemos abiertos hasta las 3 de la mañana para atender cualquier necesidad", dijo Oliva.
El comedor puede albergar a 2,000 deportistas sentados simultáneamente. Está compuesto por varias estaciones con distintos platillos, entre estos una parrilla, una estación de ensaladas y una más de pizza.
Pero de ningún modo los organizadores iban a desperdiciar la oportunidad de servir comida local.
"A diferencia de los Juegos de Toronto, aquí si pudimos poner algo de la gastronomía local y pusimos una estación culinaria de Lima donde los atletas pueden degustar la comida peruana y ha tenido mucho éxito. La comida peruana hoy en día es una de las mejores del mundo, hay platos típicos como pescado, pollo, cereales andinos y papas nativas", concluyó Oliva.
