Ayer se registró el ataque más mortífero de los últimos meses, que dejó 38 muertos según esta ONG. (ARCHIVO)
Al menos siete civiles han fallecido hoy en nuevos ataques aéreos y de artillería lanzados por las fuerzas gubernamentales sirias contra varias localidades del noroeste del país, donde ayer murieron decenas de personas, casi 40 de ellas en un bombardeo atribuido a Rusia en la región rebelde de Idlib.
El Observatorio Sirio de Derechos Humanos informó hoy de que un hombre murió por bombardeos de la aviación siria en la ciudad de Maarat al Numan, en Idlib, donde ayer se registró el ataque más mortífero de los últimos meses, que dejó 38 muertos según esta ONG.
Mientras, la Defensa Civil Siria, que desarrolla labores de rescate en áreas que no están bajo el control de las autoridades de Damasco, elevó la cifra de muertos a 39 y a 60 la de heridos en los bombardeos que golpearon viviendas y el mercado popular de la localidad en el momento en que estaba más concurrido.
Ambas organizaciones responsabilizaron de la masacre de ayer a la aviación rusa, que actúa en apoyo del Ejército del presidente Bachar al Asad.
En el día de hoy, tanto las fuerzas gubernamentales como la aviación siria y rusa han proseguido sus ataques en Idlib y las provincias vecinas, donde rige un acuerdo desde octubre de 2018 entre Moscú y Ankara (valedora de la oposición) por el que se estableció una franja desmilitarizada en torno a este bastión rebelde.
Según el Observatorio, los aviones sirios realizaron más de 40 ataques y los rusos unos 25 en esa área desde la mañana del martes, además de los helicópteros del Ejército sirio que han lanzado barriles explosivos.
La ONG con sede en Reino Unido pero una amplia red de colaboradores sobre el terreno en Siria agregó que cuatro personas, una madre y tres de sus hijos, han perdido la vida hoy en la población de Anyara, al oeste de la ciudad de Alepo, en territorio bajo control de las facciones armadas opositoras.
Otro hombre ha perecido por el impacto de misiles lanzados por el Ejército sirio en la aldea de Fafratín, también al oeste de Alepo, mientras que en el sur de Idlib ha fallecido un hombre por el impacto de barriles explosivos.
La violencia ha aumentado en Idlib y las provincias aledañas desde finales de abril, cuando Damasco y sus aliados dieron comienzo a una ofensiva no declarada contra los territorios que aún están en manos de las facciones rebeldes e islamistas.
Idlib es la última región de Siria que está controlada en casi su totalidad por grupos armados opositores a Al Asad y el Gobierno ha asegurado en varias ocasiones que recuperará su dominio antes o después.
El acuerdo sellado por Rusia y Turquía el año pasado paralizó una ofensiva gubernamental sobre Idlib y redujo las hostilidades en la zona, pero el pacto ha hecho agua en los pasados meses, en los que han muerto centenares de personas.
