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Agua

Crisis del agua amenaza la vida

Ciudades de la India y países de África han sido los más afectados

Junto a Chennai, ciudades indias como Bangalore, Hyderabad y Nueva Delhi también sufren una significativa falta de agua. (ARCHIVO)

Junto a Chennai, ciudades indias como Bangalore, Hyderabad y Nueva Delhi también sufren una significativa falta de agua. (ARCHIVO)

AGENCIAS

En varias ciudades del planeta la escasez de agua está llegando a niveles críticos, lo que podría desencadenar revueltas sociales y emergencias sanitarias que se volverían extremadamente graves si colapsan los sistemas de suministro.

Entre las causas del desabasto en las grandes ciudades destaca el cambio climático, que reduce el agua de lluvia disponible y aumenta las temperaturas; la sobrepoblación, la desmedida explotación de los acuíferos y la mala gestión de los recursos también contribuyen a acentuar la escasez del líquido, según los expertos.

Con sus más de 7 millones de habitantes la ciudad de Chennai registra una de las crisis hídricas más acusadas en la historia de India, luego de que los cuatro embalses que tradicionalmente abastecen a la urbe se quedaran prácticamente vacíos por la falta de lluvias. Chennai es la víctima más reciente de las olas de calor que afectan a India y que se han recrudecido en los últimos años. Cerca de 600 millones de personas, casi la mitad de la población del país, podrían estar expuestas a las restricciones de agua, según reportes del grupo de estudios NITI Aayog, que advierte que India se enfrenta a uno de sus mayores aprietos ecológicos.

"Si el sistema de abastecimiento de agua colapsa, hay que evacuar la ciudad, porque en cuestión de días comenzarán a aparecer las enfermedades. Aguanta más una ciudad sin electricidad que una ciudad sin agua corriente, porque lo que se interrumpe es algo tan esencial como el saneamiento", señala Santiago Martín Barajas, ingeniero agrónomo y experto en la problemática del agua.

"En los conflictos bélicos lo que negocia siempre Naciones Unidas es el restablecimiento del suministro de agua potable. En una ciudad en la que se corta el suministro de agua, si la población sigue ahí, tiene garantizado el surgimiento de epidemias a corto o mediano plazo. Más allá de la cantidad de agua embotellada que se tenga para beber, el colapso de la red de abastecimiento es la antesala de una catástrofe sanitaria", agrega el coordinador del área Agua de Ecologistas en Acción.

Durante la crisis hídrica, en las zonas más deprimidas de Chennai se formaron largas filas en las que se agolpaban decenas de miles de vecinos que, cada tres o cuatro días, esperaban a las pipas para llenar de agua cualquier recipiente, como latas y bidones de plástico, en cantidades que apenas alcanzaban para satisfacer sus necesidades más elementales.

Son escenas de precariedad que se repiten en otras ciudades afectadas por la carencia de agua, al igual que las tensiones sociales que llegan a provocar el secuestro de los camiones cisterna por parte de la población más urgida, además de enfrentamientos entre las comunidades.

En los próximos cinco años, las autoridades de Chennai planean abrir dos nuevas plantas para desalinizar el agua de mar, lo que no basta para cubrir las necesidades de la ciudad que ha pasado a depender casi exclusivamente de las cada vez más infrecuentes lluvias.

Junto a Chennai, ciudades indias como Bangalore, Hyderabad y Nueva Delhi también sufren una significativa falta de agua que en un futuro próximo podría derivar en un problema acuciante. En 2020 más de 20 ciudades del país asiático podrían quedarse sin acuíferos.

Otras urbes como Ciudad del Cabo, en África, también arrastran graves problemas, aunque hasta ahora las medidas de choque para restringir el consumo y las lluvias fortuitas hayan contribuido a evitar el desastre que implicaría la desconexión del abastecimiento de agua, tal como estuvo a punto de suceder en 2018 en esa urbe africana tras sufrir varios episodios de sequía.

"Los comunicados de la alcaldía pintaban un cuadro apocalíptico: puntos de agua manejados por el ejército, enfermedades epidémicas y disturbios incontrolables. Mucha gente construyó sus propios tanques de agua, cavó pozos y acaparó el mayor número de botellas de agua potable de los supermercados. En los barrios marginados la crisis ya llevaba mucho tiempo, pero la situación en la que quedarían estos barrios si el agua se hubiera agotado en la ciudad era devastadora", relata el politólogo sudafricano Dustin Kramer.

"Entendemos que lo que ocurrió es una advertencia seria del comienzo de la historia moderna del cambio climático", agrega. La drástica política de ahorro y las lluvias de invierno revirtieron en parte la crítica situación aumentando ligeramente el nivel de los embalses de Ciudad del Cabo y aplazando el temido Día Cero que entrañaba la cancelación del suministro de agua, aunque la situación sigue siendo muy delicada en esa zona del sur de África.

"Hay que modificar el esquema de abastecimiento urbano de agua tradicional y apostar por esquemas basados en la posibilidad de manejar fuentes de recursos hídricos múltiples, que permitan reducir el umbral de riesgo ante una situación prolongada de sequía", advierte Jorge Olcina, catedrático de Análisis Geográfico de la Universidad de Alicante.

Otras grandes urbes como Barcelona o Ciudad de México comienzan a ofrecer también síntomas preocupantes de deshidratación que se podrían ver agravados por el cambio climático, aunque por ahora estas ciudades únicamente hayan registrado crisis puntuales.

UE TEJE RESPUESTA COLECTIVA A LA SITUACIÓN

En comparación con otras regiones del planeta, Europa posee recursos de agua dulce relativamente abundantes. Pese a ello, los europeos no pueden dar por sentado el acceso al líquido.

El crecimiento de la población, la urbanización, la contaminación, el turismo de masas y fenómenos relacionados con el cambio climático, como sequías prolongadas y lluvias más intensas, aumentan la presión sobre el suministro y la calidad del agua. Incluso, la tensión hídrica es un problema que afecta a más de 100 millones de europeos.

Para mitigar los efectos de la problemática del agua, la cual es detonante de conflictos armados y desencuentros diplomáticos entre naciones, así como causante de la muerte de 340 mil niños al año en todo el mundo por cuestiones de insalubridad, la Unión Europea (UE) teje una respuesta colectiva desde el decenio de 1990.

Desde entonces, el consumo de agua en la mayoría de los sectores económicos, como el agrícola, manufacturero, la calefacción, refrigeración y turístico, baja considerablemente. De acuerdo con la Agencia Europea del Medio Ambiente (EEA, por sus siglas en inglés), la transformación comenzó con la modernización de las redes públicas del agua, las canalizaciones y los sistemas de bombeo. La medida respondió a que 60% del agua llegaba a perderse por fugas en la red de distribución. El caso más ilustrativo es el de Malta, cuyo consumo actual se sitúa en torno a 60% de sus niveles de 1992 gracias a que aumentó sustancialmente sus capacidades de gestión de fugas.

Al mismo tiempo, los países han aumentado la proporción de hogares conectados a instalaciones de tratamiento de aguas residuales: en Europa central el índice de conexión va de 97% a 72%. Una vez depurada, el elemento en ocasiones vuelve a la naturaleza, reabasteciendo ríos y aguas subterráneas.

Igualmente hay esfuerzos considerables para reducir la introducción de compuestos químicos en el suelo, por ejemplo, la imposición de estrictos límites al uso del nitrógeno y el fósforo, no sólo en la agricultura, sino también en productos como los detergentes domésticos.

Los hogares también han constituido un importante frente de acción, a través de la adopción de políticas de fijación del precio del agua, la imposición de gravámenes y recargos sobre su consumo; el desarrollo de campañas de educación y el fomento al ahorro.

Por ejemplo, la introducción de inodoros de dos botones ha generado un ahorro de 6 litros por descarga promedio en comparación con los modelos antiguos, en tanto que los rociadores de ducha a presión y las lavadoras clase A bajan el consumo en 10 litros por minuto y 70 litros por lavado, respectivamente.

Diversas entidades han emprendido iniciativas innovadoras. En el condado Milton Keynes, Reino Unido, la aplicación móvil Garden Monitor contribuye a reducir el riego innecesario de jardines privados y públicos, mientras que en la localidad francesa de Rennes, el etiquetado experimental, Eau en Saveurs, pretende crear conciencia estableciendo un vínculo entre producto y calidad.

La Comisión Europea estima que la combinación de las distintas medidas, políticas de precios, reducción de fugas, instalación de dispositivos de ahorro de agua y promoción de electrodomésticos más eficientes puede disminuir el consumo a la mitad.

En la actualidad los hogares europeos consumen alrededor de 144 litros de agua potable, casi el triple del consumo fijado para las necesidades humanas básicas, según la agencia ambientalista de la Unión, pero no sólo la insuficiencia supone un reto, también los excesos. Praga y Copenhague son testigos de los daños que pueden causar las lluvias torrenciales. Desde las inundaciones de 2011, la capital danesa se ha venido preparando para lo peor como parte de una estrategia que contempla 300 proyectos y durará hasta 2033.

Los expertos de Naciones Unidas prevén que durante el presente siglo el nivel del mar aumente y las precipitaciones fluviales sean más intensas y frecuentes.

Las urbes con problemas

por escasez de agua:

*Sao Paulo, Brasil: en 2015, la capacidad de su principal embalse cayó por debajo de 4 %.

*Bangalore, India: según un informe del Gobierno local, más de la mitad del agua potable se desperdicia.

*Ciudad de México: importa hasta 40 % de su agua de fuentes distantes, pero no cuenta con la infraestructura para el reciclaje de agua.

*Beijing, China: un estudio de la Universidad de Columbia, en Estados Unidos, estimó que las reservas del país cayeron en 13 % entre 2000 y 2009.

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