La SSP cataloga al Pueblo Mágico como inseguro.
Atrás quedaron los días en que turistas y habitantes de San Miguel de Allende, en Guanajuato, podían caminar tranquilamente por sus calles Reconocido en 2008 por la UNESCO como Patrimonio de la Humanidad, en ese rincón del bajío la delincuencia organizada irrumpió al grado de que es el tercer municipio más violento de la entidad.
El repunte en la incidencia delictiva, así como de eventos de alto impacto como el homicidio doloso y la extorsión, derivó -según testimonios de empresarios bajo condición de anonimato- luego del combate al huachicoleo en Santa Rosa de Lima, aseguran que los integrantes de esa agrupación delictiva empezaron a diversificarse y encontraron en San Miguel de Allende un "nicho".
Ahora, dicen, desde el mercado de artesanías, hasta los antros de moda pagan derecho de piso, al tiempo que la venta de drogas al menudeo se hace de manera "descarada". Para esta actividad, utilizan a jóvenes.
"En este lugar nunca nos imaginamos ver ejecutados en la zona comercial (...) Es triste, porque estamos impotentes, ni el gobierno municipal ni estatal quieren hacer ruido, saben que vivimos del turismo", comenta el empresario Oropeza -como pidió ser identificado-, cuyo hijo fue asesinado apenas en febrero pasado.
Cifras de la Secretaría de Seguridad Pública de Guanajuato (SSP) colocan a San Miguel de Allende como el tercer municipio más inseguro de la entidad, sólo después de Celaya y Guanajuato.
Los delitos más denunciados e investigados son la extorsión y el homicidio doloso. "Esto nos afecta de manera brutal. No queremos ni imaginarnos qué va a pasar el día que a un visitante le suceda algo", comentó Alicia.
