En México, el periodismo sigue siendo una actividad de alto riesgo, pues todos los días se contabilizan por lo menos dos agresiones contra comunicadores y cada mes un nuevo asesinato.
En México aumentaron los casos de periodistas que por amenazas a su seguridad y de su familia abandonan su trabajo y huyen de sus lugares de origen, aseguró la representante regional de la Oficina para México y Centroamérica de Artículo 19, Ana Cristina Ruelas.
Indicó que se trata de un fenómeno que si bien no impacta tanto en la opinión pública como los periodistas asesinados, también representa un daño a la libertad de información en México.
“Cada vez son más los casos de comunicadores mexicanos que tienen que abandonar sus lugares de origen ante las amenazas contra su integridad o la de su familia, lo que también causa fuertes secuelas económicas y emocionales, no solo al periodista, sino a todo su núcleo familiar.
“Aquí la afectación no solo es para el periodista, sino para sus familias, de los efectos que genera una amenaza o una agresión que dejan en claro que los asesinatos no son la única forma de callar o censurar a la prensa mexicana”, destacó.
Sostuvo que en México, el periodismo sigue siendo una actividad de alto riesgo, pues todos los días contabilizamos por lo menos dos agresiones contra comunicadores y cada mes un nuevo asesinato.
Manifestó que esto deriva de un alto nivel de impunidad, pues más de 99 por ciento de los casos de agresiones o asesinatos de periodistas se quedan en el olvido o no son investigados adecuadamente por las autoridades competentes.
Expresó que en el año ya suman nueve periodistas asesinados y en todos los casos, señaló, el móvil del crimen está directamente relacionado por su labor como comunicadores.
Por ello, Ana Cristina Ruelas, consideró que es necesario que el país tenga un programa de políticas y apoyos integrales y que reconozca que la mejor forma de poner freno a estos crímenes es que haya castigos para quien los cometa.
Ese programa también debería de incluir un apoyo a las familias, tanto de los periodistas desplazados como de los asesinados, ya que en ambos casos, las víctimas suelen quedar en el total desamparo económico, aseguró.
