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Al Larguero

GIBSON, EL HÉROE

ALEJANDRO TOVAR

Morador de esos territorios donde los demonios pueden derrotar a los ángeles, el fabuloso Bob Gibson (Omaha 1935), quedaba dibujado por la voz de Buck Canel, que a través de la radio nos obligaba a imaginar al formidable lanzador y el escenario que creaba. Era narración y enseñanza, era fervor y obligación de concentración porque hablaba como cubano, sin serlo. Era hijo de latinos pero criado en Nueva York. Descifrarle, entender el relato y vivirlo eran una acción integral.

La tv mexicana apenas iniciaba su introducción pero con recursos limitados, sin repeticiones y con una tecnología primitiva, porque la época vital de Robert Gibson fue en los sesenta. En 1964 . sus Cardenales de San Luis ganaron la Serie Mundial a Yankees (4-3). Era el tiempo de Bouton, Mantle, Howard, Maris, Ford, Terry, Pepitone, Richardson, Tresh. Perdió el segundo partido pero ganó el quinto y séptimo, lanzando con solo un par de días de descanso.

Algo casi insólito.

Era un velocista. Su recta era poderosa y con fuerza bruta retaba a los bateadores. Era un tipo hosco y difícil hasta para sus propios compañeros, según comentaba su receptor, Tim McCarver. En 1967, Cards repitió el truco y esta vez su víctima fue Reds Sox (4-3) con Mike Shannon, Ray Washburn, Ron Willis, Roger Maris, Dal Maxvill, Dave Rickets, Julián Javier, Al Jackson, Curt Flood, Lou Brock, Orlando Cepeda apoyándolo, con la dirección de Red Schoendienst.

El derecho de Omaha encontró su fila más alta en 1968, cuando fue nombrado el MVP y obtuvo el premio Cy Young con sus 22 triunfos y 268 ponches. Otros números son 15-13 en 1962; 18-9 en 1963: 19-12 en 1964; 20-12 en 1965; 21-12 en 1966; 13-7 en 1967; 22-9 en 1968; 20-13 en 1969; 23-7 en 1970; 19-13 en 1971; 19-11 en 1972. Los tres años restantes de la carrera fue a la baja y al retiro natural. Fue electo al Salón de la Fama en la primera vuelta en 1981.

Cuando era niño, tuvo que luchar para sobrevivir, porque sufría de raquitismo, asma y hasta un soplo cardiaco. Se impuso a todo y se hizo estrella escolar de basquetbol hasta ser invitado por los famosos Harlem Globetrotters, Sin embargo su futuro estaba en el beisbol como lanzador y fue descubierto por su tremenda velocidad. En su carrera de 17 años logró 251 triunfos. Al final de ésta fue coach de pitcheo en Cardenales y Atlanta con su amigo de siempre, Joe Torre de mánager Reacio siempre con los medios, algún día decidió hablar un poco y dejó frases electrizantes, que resumen su personalidad. “En el beisbol como en la vida misma, hay que hacer las cosas lo mejor que puedas, con la obligación de pensar diferente siempre”, Es un mito del juego, un viejo héroe que nos fue entregado como superdotado, sin conocerlo, sin verlo, solamente con la imaginación.

Escribir es encontrar con frecuencia lugares de acceso a uno mismo y se supone que sus favoritos suelen vivir más cerca del cielo que del suelo. Por eso a quienes lo admiramos sin verlo, duele que Bob Gibson tenga cáncer de páncreas y que a partir de hoy reciba quimioterapia. Deberá luchar contra el mal como lo hizo desde la lomita, con bravura fe y atrevimiento.

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