Masivo. El concierto de Sir Elton fue el punto fuerte de la 53 edición del Festival de Montreux.
Elton John y el Festival de Montreux no habían cruzado nunca su camino en el más de medio siglo que llevan siendo grandes referentes de la música, pero ayer por fin lo hicieron, en uno de los conciertos que el rey del pop inglés dio como parte de su gira de despedida Goodbye Yellow Brick Road.
No ha sido sencillo para la pequeña ciudad suiza, sede de uno de los mejores festivales de jazz y rock, contar con Sir Elton: para ello tuvo que renunciar a su tradición de conciertos en recintos cerrados y prestó al inglés su nuevo Estadio de Saussaz, que se llenó con unas 15.000 personas procedentes de media Europa.
John, que tres días antes actuó en Madrid, respondió al esfuerzo con un nuevo recital en el que tanto él como sus músicos -especialmente Ray Cooper, imponente en la percusión- derrocharon energía y ganas ante una multitud rendida y con un espectacular fondo de viñedos en terrazas de fondo.
"Espero que les guste lo que van a ver y oír", gritó Elton John en el principio de su concierto, que abrió con Bennie and the Jets y vestido con un frac negro algo discreto para su estilo, con lentejuelas sólo en las solapas, la espalda y las mangas.
Lo cambiaría por una chaqueta arlequinada a mitad del concierto, poco después de tocar su Rocket Man, y más tarde por un albornoz rosa satinado con el que interpretó Your Song.
Se lo quitó para, con ayuda de los efectos especiales de las grandes pantallas, marchar hacia el horizonte por el camino de baldosas amarillas, simbolizando su adiós a los escenarios.
"Amo grabar discos, pero lo que me gusta por encima de todo es tocar ante alguien y ver su reacción, así que odio que éste sea mi último tour", dijo un emotivo John, quien dio al público "gracias por tantos años de amor y amabilidad".
El gran acompañamiento audiovisual en las pantallas gigantes del escenario tuvo su momento apoteósico con Don't Let The Sun Go Down On Me, en la que un sol multicolor iluminó en la oscura noche, con una canción que quiso dedicar al productor y músico Quincy Jones, que también actuará en esta edición de Montreux.
En el concierto de Sir Elton no faltaron fotos y videos de recuerdo para más de medio siglo de canciones, virtuosismo al piano y gran parafernalia al vestir que el británico ha convertido en su estilo de vida, junto al activismo por la comunidad LGBTI+ y en la lucha contra el Sida que también ayer quiso recordar.
"Espero vivir para ver el final de esa epidemia", comentó antes de interpretar Believe y exigir a las farmacéuticas que "de una vez bajen los precios de los medicamentos contra este enfermedad", un mensaje que no por casualidad quiso subrayar especialmente en Suiza, sede de muchas multinacionales del sector.